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La idea de un viernes por la noche, para la mayoría de las personas de su edad, era beber hasta perder la conciencia, bailar con tanta gente fuera posible en una apretada pista de baile dónde el sudor ajeno se pegue al propio y terminar en cama de alguien a quien acabas de conocer.

Pero para Minji, aún en sus veinticinco años, era mucho más divertido pasar la noche de un sábado bajo una casita de mantas, viendo por nonagésima vez la cenicienta, con su hija recostada entre sus piernas, comiendo helado de Choco Chips.

Esa noche podrían comer postre en la cena y vestir pijamas iguales con dibujos de Rilakkuma, porque es cumpleaños de Yoonchae.

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Las puertas del estudio Pulse se abren dejando entrar a la joven de cabello castaño y saco a cuadros, que ocasionalmente llega por esos rumbos a altas horas de la noche, siempre en busca de cierto bailarin.

Hanni recibió un mensaje esa tarde de parte de su mejor amigo pidiendo verla en el estudio al terminar la práctica, cosa que no sucedería hasta dos horas después de la llegada de la profesora, porque conoce lo suficientemente bien a Felix y su obstinada personalidad de seguir ensayando, aunque su cuerpo le grite clemencia.

Afortunadamente, no se queda solo y su novio siempre lo obliga a salir de ahí, aunque no es nada sencillo porque una más, Hyun, juro que es la última y así, Hanni y Hyunjin se hicieron buenos amigos, esperando que Felix estuviera medianamente satisfecho con su coreografía.

No es de sorprenderse que el salón III sea el único con las luces encendidas a esa hora de la noche. Felix está practicando para la audición de 4MINUTE en busca de nuevos bailarines de apoyo y no hay poder humano en la tierra que lo despegue de ese sueño de madera hasta que o se le rompan las piernas o le quiten la electricidad.

Hanni entra con su mochila al hombro, saludando en silencio al chico de cabello castaño sentado ena esquina del salón, observando a su novio bailar.

- Hola hann -el castaño se acomoda la gorra y parte de su flequillo cae, formando una "," en su frente que Hanni mira por quizás, demasiado tiempo.- Uh... ¿Hanni?

La profesora espabila y zarandea su cabecita a los lados varias veces.- Perdona, me acordé de alguien. ¿Cómo estás?

- Aaahh, Hanni-ah, no puedes mentirme -Hyunjin se sienta con las piernas abiertas al compás y sus talones juntos, en posición de mariposa.- ¿En quién pensabas, hm?

Hanni se ríe entre nerviosa y muy nerviosa, tratando de esquivar la mirada curiosa de su amigo sobre sus gestos. Sacude el aire con un manotazo tratando de restarle importancia a lo que oculta hasta de sí misma.- Es solo, tu cabello, me es familiar, ya sabes... Está de moda o algo así.

- ¡Mierda!

Ambos chicos voltean hasta donde Felix acaba de maldecir en su idioma natal, pateando fuertemente el suelo de madera que rechina al derrapar la suela de goma de sus tenis. Antes de que siga en su rabieta, el joven coreógrafo sujeta por los hombros a su novio, a las vez que le susurra que es hora de descansar, acariciando su cabello negro.

- Felix... -Hanni se aproxima hasta el bailarín, palmeando su espalda.- Debemos irnos, ya has hecho todo por hoy.

Resignado y claramente frustrado, Felix asiente y deja caer su cabeza en el hombro de su novio, refunfuñando que pudo haber hecho otro ensayo, pero malditas piernas camino a la puerta de salida.

- ¿Por qué no le dices a Hann para que la has citado, ¿eh? -detrás del menor, Hyunjin rodea los hombros del bailarín, caminando empalagosamente a un lado de la profesora.

una nueva novia para mamáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora