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Flashback.

Desperté en un cuarto blanco muy triste y solitario, estaba en el hospital, mi segundo hogar. La vida aquí es simple como tan dura al mismo tiempo, no le deseo a nadie esto.

Tengo que apresurarme para el desayuno, salgo de la habitación que comparto con Keira Lang, es una chica que esta luchando con una adicción a la heroína, sus primeros días acá fueron de lo peor, tuvo que pasar por una desintoxicación muy mala.

Veo a Frank sentado leyendo un cuaderno que era de Daysi, su esposa. Él me ha dicho que ella le ha dejado pistas en ese pequeño cuaderno, no sabe para qué, pero lo presiente, y yo estoy con él.

Tomo mi bandeja y voy hacia la cocina, la cocinera me sonrié y yo le devuelvo la sonrisa.
-Hoy preparé pudin, se que te gusta, cariño -dijo poniendo un gran pedazo en mi bandeja y una vaso de leche, le agradezco y me voy con Frank.

Me llaman y veo a un Señor Collins molesto, él es el coordinador, nunca esta para nada importante, pero cuando tiene que regañarte nunca falta.
-No te has bañado, Lisa -dijo molesto.
-Lo siento, no volverá a pasar -dije y me retire con la cabeza abajo.

Frank ya habia terminado con su desayuno, yo personalmente no quería comer.
-Buen día, Lisa -dijo Frank dejando el cuaderno en la mesa.
-Hola, Frank. ¿Cómo amaneciste?, ¿dormiste bien? - dije distrayéndolo.
-Tienes que comer, Lisa -Frank dijo mirándome a los ojos, él sabia que tenía razón.
-No tengo mucha hambre, Frank. Esperaré el almuerzo -dije sin nada más.
-Si no me falla mi vieja y olvidada memoria, ayer no cenaste nada más que un vaso de agua, anda Lisa, come -dijo Frank y esta vez asentí.
-Me vuelves a leer aquella historia sobre tu casa en la montaña -dije a Frank, el tenía un cuaderno donde escribía las mejores historias de su vida, junto a Daysi.
-Lisa que te he dicho, "el tiempo se pasa muy rápido, no lo malgastes esuchando lo que ya sabes", pero esta bien, esa historia me gusta mucho, te la leeré de nuevo mientras comes.

Después de comer un poco y escuchar la historia de Frank me sentí bien. El cuenta que un día de invierno su esposa se empezó a sentir muy mal, fueron al hospital y después de varios exámenes le detectaron cancer, Frank se mantuvo muy fuerte por Daysi, pero un día esta empezó a agonizar y le dijo que queria ver más árboles, porque ellos eran eternos y su fruto era a tiempo. Frank la sorprendió una día llevándola a la casa de su sueños, en una montaña en Oregon. Y allí pasaron seis meses, hasta que Daysi perdió su lucha.

Luego del desayuno, nos dan un espacio de media hora para descansar un poco, después nos reunimos en el patio y nos colocamos en circulos, a la par mia, siempre Frank. Me fui a bañar me puse el uniforme de rehabilitación, eran más que todo pijamas, muy cómodas y confortables.

Cuando llegue al patio del hospital, entró la señorita Abigail, nuestra psicóloga y dijo:
-Buen día a todos y todas, ahora hablaremos de el peor y el mejor día de nuestra vida, luego reflexionaremos y todo estará muy bien, no pongan esas caras flojas chicos. Empezaremos contando el peor día y terminaremos con una sonrisa en el alma contando el mejor, ¿Sidney?, vamos cariño, empieza -dijo Abigail sonriendo.

Sidney, bajo su camisa, se rasco la cabeza y empezó:
-Era un martes 15 de noviembre, estabamos con mi familia celebrando el primer cumpleaños de mi hermanito, Henry. Todos estabamos muy felices y me sentía muy bien, llego la hora de partir el pastel, le gustaba mucho el chocolate. En cuestión de segundos empezaron a patear con fuerza la puerta principal y se escucharon disparos, mi mamá me gritó que subiera en ese instante, corrí y me escondí abajo de un escritorio, vi como dos hombres mataban a mi mamá y a mi hermanito, vi como le disparaban a mi mamá ya muerta y ellos sólo reían, vi como se iba Henry, mi sueño era verlo crecer, verlo casado y con hijos -lágrimas caían en el rostro de Sidney y en el mio también- lastimosamente no pudo ser así. Después de eso, la Sidney que conocian todos se fue y ahora está esta chica se hizo adicta a las drogas, especialmente con un alucinógeno conocido (LSD), aunque suene extraño ésta droga me hacia ver otra vez a Henry y a mis padres, me hacia abrazarlos, besarlos y tenerlos una vez más junto a mi. El mejor día de mi vida fue cuando nació Henry, fue el mejor día que jamás olvidaré.

Abigail sabía la historia de cada uno de nosotros muy detenidamente, le preguntó a Sidney por qué había alargado más su peor día y el mejor lo había convertido en una simple oración, Sidney no supo responder, pero Abigail sí.

Todos contamos el peor y el mejor día, la mayoría de todos catalogan el peor día como el que los hizo recaer, por ejemplo, a mi me hizo recaer en una depresión y anorexia la muerte de Charlie, a Sidney la muerte de sus padres y de su pequeño hermano, Frank la muerte de su esposa, Keira Lang la heroína.



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