Tenía mucho miedo, ha pasado mucho tiempo, y todo a cambiado, a pasado muy rápido, pero mis amigos serán mi familia por siempre, y el mejor lugar para que estén es en mi corazón.
Joseph estaba con su mirada pérdida en la sala de estar, siempre quiso ser el fuerte, pero yo se que la muerte de Charlie no la logrará superar nunca, él es muy bueno tratando de ocultar sentimientos y no busca, ni quiere ayuda.
Tocaron la puerta, salí corriendo y quedé inmóvil justo antes de abrirla, respiré profundo. Cuando abrí, tres pesos cayeron encima de mi, no me había sentido así ya desde hace mucho, pero faltaba alguien.
Lisa no paraba de hablar, tampoco Dan y Sam, pero había un lugar ausente, Chris.
"Ya vendrá, ya sabes, él lo tomó muy fuerte, Alana" dijo Lisa dándose cuenta.
"Si" no pude articular una palabra más.
Seguí hablando con ellos horas, hace tiempos que no había estado tan feliz, creo que desde la muerte de Charlie. Me sentía desequilibrada, unos momentos no paraba de reír y en otros de llorar.
Lisa se marchó noche, tenía que estar en casa, Sam y Dan se quedaron conmigo.
"Ya viene, me acaba de mandar un mensaje" dijo Sam con una sonrisa forzada.
Minutos después él estaba allí, los chicos abrieron la puerta, y nos dejaron solos. Chris no había cambiado, seguía siendo el recuerdo que siempre tengo en mi cabeza, su cabello ligeramente despeinado, su piel fría y sus labios rosas. No me di cuenta que estaba llorando hasta que Chris atrapó una lágrima, sus ojos estaban rojos y sus labios fruncidos.
Estuvimos unos minutos así, yo viendo hacia el suelo y el parado frente a mi, cuando sentí unos brazos rodeando mi pequeño cuerpo, y después de tanto tiempo, me sentí en casa.
No quería decir nada, sólo acostarme a su lado y nunca soltarlo, supe que el quería lo mismo. Ningún silencio era más reconfortante que su presencia.
Me di cuenta lo mucho que lo necesita en mi vida y lo mucho que lo amaba.
