ARMA. CAP 15

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—¿¡Que!? ¡No, gato, raja de acá! ¡Vos no vas a volver a tocarme en tu puta vida, Gil!

—Va a ser rápido, dale.

—¿¡Vos pensas con la pija o qué mierda!?

Metió su mano por debajo de mi remera tocando mi abdomen y al mismo tiempo apretó mi cintura con más fuerzas haciéndome algo de daño, me paralicé del miedo, no quería volver a pasar por eso de nuevo.

—Te voy a cortar esa mano, Kevin, basta.— Mis ojos se cristalizaron

—Me chupa un huevo si no querés, Gonzalo, lo mismo vamos a hacerlo.

Detrás de nosotros se escuchó un fuerte disparo que termino en una de las paredes de la casa, Kevin me soltó y otro disparo más sonó, pero este término rozando al morocho, la persona que portaba el arma se acercó un poco más a nosotros, era Brenda.

—Eh, gato, escúchame bien... Le vuelves a tocar un solo pelo a mi hermano y vas a terminar bajo tierra junto a la puta de tu madre.— Le dijo apuntale con el arma con una expresión fría en su rostro.

—Brenda, cálmate, mi hermano es tu novio ya sabes que no podés hacerme nada así que baja eso.

—¡¡Baja nada!! Te doy cinco segundos para decir que no vas a hacerle nada a Gonzalo o te juro que te mataré, pajero, ¡Me importa una chota si sos hermano de Brian! Mi hermano está antes que cualquier hombre.— Su tono de voz era alto y firme, se notaba que hablaba en serio.

—Ahg, está bien… No le haré nada a tu querido hermanito.— Se quedó unos segundos mirándome y se fue, pero estaba seguro de que él no me dejaría en paz tan fácilmente.

—¡Gonzalo! ¿¡Estás bien!?— Se me acercó y me abrazo.

—Sí… No te preocupes, Brenda, está todo bien.

—¿Qué quería?

—Eh, nada... Solo vino a joder, gracias.

—No hay de qué…

—(¿En algún momento te podré contar que ese infeliz me tocó? Si lo sabrías ya le hubieras disparado en la cabeza… Un hombre que se dejó abusar por otro, qué vergüenza de hermano.)

—¿¡Gonzalo!? ¿¡Por qué lloras!?

—¿Qué?— Sin darme cuenta estaba llorando y demasiado, creí ya haber superado lo de Kevin, pero fue estúpido pensar de ese modo, supongo que en tal solo semanas no me iba a olvidar aquel dolor.
—Perdón… Quizás solo estoy asustado.— Sentía un nudo en mi garganta que me impidió hablar con normalidad.

—Todo estará bien... No te dejaré solo.

Todo estaba siendo una mierda últimamente estos meses, empecé a dudar de mi sexualidad, secuestraron a la persona que más quiero, deje que me abusaran, lloro todo el tiempo, preocupo a mi familia, cada vez era más difícil, no sabría si de verdad todo iba a estar bien como mi hermana decía.

5:00 p.m

—(¿Y si en mi vida pasada fui un asesino y ahora estoy pagando mi karma? Si es así entonces me lo merezco… Ojalá Kevin también sufra en su otra vida.)

—Che, acaban de tocar la puerta está vez iré a abrir yo.— Mi hermana se levantó de la mesa y se fue a abrir, yo fui detrás de ella.

—¿Quién es?

—Nicolás— lo mira y luego su vista se desvío a dónde estaba yo—Ammnh, los dejo solos, me iré a comprar puchos.

Al salir la pelinegra de la casa Nicolás cerró la puerta.

—¿Qué pasa, Nico?

—¿Vos confiás en mí?

—¿Qué? Sí, boludo, sos mi mejor amigo ¿Cómo no voy a confiar en vos?

—Entonces, decime ¿Kevin vino para acá?

—¿Cómo sabes eso?

—Se corrió el rumor, boludo, pero explícame ¿A qué vino?

—Nada, ¿Viste que Brenda sale con su hermano? Bueno, solo trajo algo a ella por parte del noviecito.

—¿Seguro?

—Sí, pelotudo...

—Está bien… ¿Por qué no me lo dijiste?

—¿Te tengo que decir cada movimiento que da Kevin?

—No, pero me asusta pensar que esté cerca de vos.

—Pero si él no me hizo nada a mí, Nicolás, a vos te secuestro.

—¿Y como me sacaste vos entonces?

—... Le di plata.— En mi mente estaba rogando que él me creyera, no está bien mentirle, pero no podía decirle.

—Está bien… Perdón, no quiero sonar muy jodido, pero es que me preocupas.

—Entiendo, vos no te preocupes, gil ¿Cómo te sentís?

—Estoy bien, mejore banda.

—(¿¡Quien mierda le dijo!? No quiero decirle sobre eso... Me tendría asco y se sintiera culpable, no quiero que él cargue con ese peso.)— Pensé.

—Gonza ¿Anduviste llorando? Tus ojos están hinchados y rojos.

—Si…

—¿Desde cuándo sos tan sensible?

—No lo sé, ¿Desde cuándo haces tantas preguntas?

—Desde que me enamore de vos.

—¡Pero! Sos un...— Comencé a tartamudear, me dejó sin palabras, no sabía qué decir, Nico soltó una carcajada

6:10 p.m

Estaba acostado en mi cama mirando el techo, entro Nicolás a la habitación, él solo se acostó a mi lado y puso su cabeza en mi pecho, solíamos hacer esto cuando éramos más pequeños.

—Nico, ¿Sabes tocar la puerta?— Dije aun mirando el techo.

—Sí, pero en tu pieza no tengo por qué hacerlo, ya me sé todos tus cosas raras, nada me puede sorprender.

—Es más por privacidad no porque vos te puedas a llegar a traumar.

—¿Qué privacidad? Nunca tuvimos privacidad con el otro, cuando éramos chiquitos hasta nos bañábamos juntos.

—Sí, recuerdo que me mostrabas tu paquete y decías que en algún momento te iba a medir tres metros.— Dije entre carcajadas acordándome.

—¡Era chiquito! Vos eras peor, corriste por las calles desnudo solo porque no te querías bañar.

—¿Y quién fue el que me siguió por detrás en pelotas también?

—Y bueno, vos siempre que hacías algo yo te segundeaba.

—Ahora que me acuerde el mini Nicolás estaba curiosito.

—Era bien flaco, a mí me cuesta recordarte sin tu pelo teñido.

—A mí también me re cuesta, No me queda bien el negro.

—Gonzalo… ¿Seguro que no te gustan los chicos?

No sabía qué decirle, ya que odiaba cuando un hombre me tocaba, pero cuando él lo hacía no se sentía desagradable en lo absoluto, incluso se podría decir que me gustaba… Lo raro era que con las chicas no era así, me gustaban todas, no una es específico, así que si me gustaban los hombres ¿Por qué solo me gustaba que uno se me acercara y los demás no? ¿Quizás sea porque a Nicolás le tenía demasiada confianza?

—... Sí, seguro.

—Está bien, entiendo.

Flechado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora