19 de agosto de 1890
He decidido dejar por escrito las recientes acciones pasadas para poder dejar mi mente tranquila.
Tomé la acción de tranquilizar mis pensamientos por todo lo que pasó en el mes anterior y sobre todo por lo que mi viejo corazón libre de latidos sufrió.
Te voy a extrañar Francis, en donde quiera que estés, te amo.
Nuestro encuentro:
Era la noche del 19 de julio de 1890, y el calor sofocante típico de los veranos de este lado del mundo generaban pesadez y quejas de parte de las personas por los mosquitos. Las temperaturas en los bosques estadounidenses no eran muy altas, así que 15 grados, era demasiado para las personas acostumbradas a las temperaturas hostiles.
Cuando comencé a trabajar en el pueblo de Saint Thomas, ubicado cerca del gran bosque, muchos de mis pacientes se sorprendían de que los invertebrados (los pocos que había)no se me acercaran, siendo que era nuevo en la región y por lo general los mosquitos atacaban a las presas recientes. Simplemente mencionaba que mi sangre era amarga, y por eso era un repelente perfecto de esas alimentas.
La señora Hathaway, mi casera, me arrendaba una cómoda habitación con vistas al bosque, mientras trabajaba en el hospital local. Unos días antes de las vacaciones de verano, le comenté acerca de que necesitaba unos días para poder cazar tranquilo. El bosque ofrecía hermosas piezas tanto para la colección como para el consumo así que, me comentó que uno de sus primos estaba alquilando una cabaña bosque adentro para los cazadores de Saint Thomas.
Cuando pude, hablé con el hombre y me dejó tranquilo saber que en el lugar estaría solo y con las comodidades completas para cazar.
Le di dinero extra para que no comentará con nadie por donde me encontraría, puesto que necesitaba la soledad para poder cazar a mis anchas, pero por sobre todas las cosas, que las madres y señoritas que estuvieron acechando en la sala de primeros auxilios del pueblo no se me acercaran. Cerca del bosque, se encontraba el lago White Bear que era lo bastante profundo para nadar tranquilo, era el sitio perfecto.
Fui a varios sitios antes de mi partida. Busqué elementos para mi mayor comodidad, como un colchón cómodo—no necesitaba dormir, pero me gusta estar en posición horizontal para disfrutar de una buena lectura—, abrigo de cama, y los pocos libros que pude conseguir en la librería. Como era un poblado realmente joven, aún no conocía las bondades del viejo mundo. Así que mucha literatura no pude encontrar, pero si llevé conmigo cuadernos de hojas blancas, como lapices de gráfito, tinta y plumones para dibujar un poco. Tuve que conseguir armas, para que nadie sospechara y todos supieran que me internara bosque adentro sin problemas.
Mi día de partida fue el 20 de julio, los días soleados aquí no son comunes, pero algo me decía que ese día iba a haber sol, por eso tenía que irme antes de la madrugada.
Amaba las noches de luna llena, No porque necesitase luz, podía ver de noche, sino porque esa esfera en el cielo es mágica. Ese día en particular la luna estuvo hasta pasada la madrugada.
Francis también amaba la luna. He admitir que lo extraño.
Llegando a la cabaña con las instrucciones del primo de la señora Hathaway y revisando que nadie estuviera cerca, me inicie en la carrera de limpiar un poco y acomodar mis cosas.
Es raro que un hombre no tenga una doncella o una esposa que le haga las cosas por aquí, pero prefiero estar solo, sobre todo por mi condición y una humana entorpecería mi casería.
Terminado mi trabajo, salí a explorar un poco. Los árboles de este lado del mundo se ven más altos y grandes que en cualquier otro sitio donde he estado. Cada vez que subo a uno de ellos, se que ningún humano que se encuentre abajo podría verme. Y son el lugar ideal para poder cazar.
ESTÁS LEYENDO
El diario de Carlisle [Crepúsculo].
VampireMucho antes de hallar a su familia contemporánea, Carlisle Cullen había nacido en el viejo mundo. durante su estadía con una de las familias más poderosas de vampiros, los Volturis, se dio cuenta de que no podía hacerles cambiar de opinión acerca d...