Last Words | Sherlock 【Terminada】

Parte 1 - Three Years.

Había llegado el día, un aniversario más de aquel día. Vaya que los años pasan rápido cuando en un principio siempre me pregunté cómo iba a sobrellevar esto pero creo que mi deseo de vivir y no dejar que esto me afectará más de lo que había sido fue lo que me ayudo a salir de este ligero percance. A unos meses de su muerte, decidí volver al 221B de Baker Steet y justo como Mrs. Hudson me había dicho, todo lo que le pertenecía a mi buen amigo estaba dentro de cajas apiladas en lo que era la cocina. No quería que la melancolía me invadiera de nuevo así que decidí ignorar muchas cosas en el departamento. Decidí rehacer mi vida con un buen trabajo como médico de cabecera en un hospital, no era el mismo en el que sólo trabaje por dos días. Esta vez no tenía pretexto para quedarme despierto hasta el amanecer buscando señales en libros idénticos de distintas personas.

Todo iba bien, la única persona que veía para la hora del té era Mrs. Hudson, era necesario, desde que él murió creo que sólo nos sentamos a beber el té sin nada más que hablar de cómo nos había ido en el día. No sabía mucho del Detective Inspector Lestrade o de Molly Hooper, simplemente no podía acercarme a ese lugar pues el recuerdo volvía de aquel día. No tenía tiempo de saber en que estaba Mycroft y la verdad no me interesaba, la última vez que lo vi sentí un gran impulso de golpearlo por lo que estaba haciendo. Por las noches salía con Stamford, al menos él era un viejo amigo a quien le debía mucho. Así como no sabía nada de Lestrade, Molly y Mycroft, no sabía nada de Emily; solíamos vernos de vez en cuando en el cementerio, sólo me sonreía y vestía siempre de negro hasta que deje de verla y me había decidido no visitarlo más.

Sí me preguntan a quién de todos les afecto su muerte, yo diría que a ella y no sabía la razón. La conocí gracias al caso de La Mujer. Su relación con mi buen amigo era diferente a la que tenía con cualquier persona, incluyéndome ¿qué había de diferente en ella? El día de su muerte, recuerdo que volvimos a Baker Street, ella se sentó en su lugar y yo en el mío, no dijimos palabra alguna, no hubo sollozos de ninguna parte, sólo el silencio fúnebre que nos invadió esa noche. Nos limitamos a ver la televisión para evitar escuchar la basura que se podía decir sobre el fallecido fraude. Llegando la noche un sonido seco y frío me quito el sueño, el grito de la chica que provenía de la habitación, me levante y ahí estaba… dormida pero llorando. Me senté en su regazo para no despertarla y como si fuera una niña, pose mi mano sobre su hombro dándole pequeñas palmadas para hacerle saber que alguien estaba ahí y que no habría peligro. Por un momento me sentí mal y un nudo en la garganta se había formado, la mire y comenzó a balbucear entre sueños. Su nombre repetía y algo sobre una promesa quebrada. Sin dudas, ella había sufrido más la muerte de Sherlock Holmes que alguien más que lo haya conocido y la razón, sólo ellos lo sabían.