Last Words | Sherlock 【Terminada】

Parte 3 - ¿Resignación?

— ¿John? –Mi nombre resonó en mis oídos y cuando salí de mis pensamientos vi a Emily riendo entre dientes-. Debes dejar de vagar en tu mente, John Watson ¿En qué tanto piensas? Por cierto, leí tu reciente publicación… tres años que han pasado rápido.

Asentí un poco con la cabeza, torciendo el cuello un poco para volver a razonar con más precisión. La chica paso sus brazos por mi cuello, pasando por mi pecho y depositando un tierno y ligero beso en mi mejilla. No sabía cómo reaccionar ante eso, pues era la segunda vez que lo hacía pero esta vez fue diferente.

Aclare mi garganta un poco, sonriendo ante el cumplido de Emily. La mire a los ojos y por primera vez sentí un tonto impulso y el impulso fue besar a la chica que estaba en frente de mí. Por un momento, ella se quedo quieta pero después correspondía dicho beso. En mi mente sólo podía pensar que era un idiota pero ya estaba hecho. Al termino de dicho error, sólo pude dejarla ahí y levantarme para poder pensar con más claridad de lo que había hecho, la miré y seguía ahí, de pie y sin moverse; después de unos segundos sólo ladeo la cabeza e hizo un gesto como Sherlock solía hacer ante una situación extraña, me miró y sonrío.

—Y dicen que no tiene suerte con las mujeres, si es bueno haciendo esto –me dijo un poco desorientada y volviendo al sofá. Posó sus manos de nuevo sobre su mentón y se quedó ahí pensando-. No lo vuelvas a hacer ¿quieres?

—Lo siento –resoplé un poco nervioso pero a la vez tranquilo ante su respuesta un tanto diferente a lo que esperaba.

—Lo digo en serio, John –volvió a ponerse de pie de un brinco pero la sonrisa que la caracterizaba se había esfumado, me miró confundida y comenzó a caminar en círculos por el departamento.

Intente quedarme callado e inmóvil para no molestarla, si era como Sherlock, eso sería lo último que pudiera hacer; de la nada se quedo quieta, paso sus manos por su cabello un par de veces y volvió a mirarme, tomando un respiro.

—Será mejor que te sientes –musitó haciéndome señas para que regresará a mi lugar-. Bien ¿Mycroft te dijo que no soy de fiar?

La miré confundido, pues eso había sido lo último que había recordado. Asentí con la mirada y ella sólo sonrió triunfante.

—Debo asumir que también te dijo que era como un perro detrás de Sherlock con una ligera obsesión ¿verdad? –asentí de nuevo reacomodándome en mi asiento, mirándola atento-. ¿Por qué no me sorprende? Siempre ha hecho lo mismo, desde que me conoció no confía en mí pero Doctor, si confías mi, debes poner en tela de juicio todo lo que te diga. No soy de fiar y eso es porque por alguna extraña razón, mi destino me puso en frente de Sherlock Holmes y desde ahí no he podido salir, menos ahora. Cuidarlo, esa fue la tonta tarea que yo sola me di para no perderlo… Sí, John… enamorada de Sherlock y sólo quiero salir de aquí pero no puedo.

Me limite a hablar y no tenía nada que decir, sólo me quede ahí callado y el silencio volvió a inundar el lugar. Emily dejo aquella bata sobre el sofá y comenzó a negar con la cabeza, comencé a hacerme a la idea de que se sentía mal por alguna razón y no necesariamente era por el recuerdo de Sherlock.

Después de esa noche, como ya era costumbre en nosotros, no hablábamos más de cualquier tema, ni siquiera cruzábamos palabra alguna y ella seguí con sus visitas para el té con Mrs. Hudson. En mi mente estaba pasando salir de Baker Street y comenzar en un nuevo lugar, aunque eso significará dejar sola a Mrs. Hudson, pero tenía que hacerlo de una vez por todas.

En una visita que hice al centro de Londres, encontré un lugar decente en donde pudiera vivir sin descuidar a nadie. Al entrar, sentí como si ese lugar fuera lo que necesitaba y mi nuevo aire para olvidarme por completo de Sherlock. Repase los pasillos y ambas habitaciones imaginando como sería vivir ahí, sentí la presencia de alguien y por instinto asumí que era el dueño de dicho departamento.