Lo Retorcere Todo.

Capitulo 4

El objetivo era simple. Cumplir la misión. Sólo eso.

Aunque hayan pasado 2 meses desde que tengo el sistema, esta es la tercera misión que recibiría. Estaba curioso, ansioso y expectativo.

Si en el pasado daban recompensas puntuales y enormes como lo era el dinero y la oportunidad de crecer, en esta misión no estaba claro. Es decir que no se sabía la recompensa hasta completar la mision.

Esperaba que se base en su desempeño y no en una condición oculta.

Por ello decidí asistir a la fiesta de cumpleaños. Así cumplí una de las condiciones de la mision.

La otra sería la sorpresa del regalo. Claro que no estaba muy seguro de si le sorprendería o no a Kristen. Después de todo no sabía de su eficacia.

Aun así tenia fe en el sistema. Más aún después de verse a si mismo luego de 2 meses.

Ahora solo quedaba la tercera condición. Tener sexo.

Era algo problemático. Es decir, si bien pronto cumpliría 18 años, seguía siendo menor. Aunque al parecer nadie lo nota. Ni siquiera yo me lo creo al verme. Pasaría fácilmente por los 20.

Por lo tanto sería mejor ocultar esa verdad.

Por ahora por lo menos.

Habiendo decidido completar la mision, era mejor buscar un objetivo simple y fácil.

Pensaba entablar conversaciones con tantos pudiese, buscar alguna mujer, beber y luego llevarla a algún lugar. Así se completaría simplemente la mision.

Iría a casa, revisaría las recompensas y luego buscaría activar otra misión.

Por suerte para mi, era una fiesta en la piscina. Que más parecía una piscina olímpica.

Con zonas de jacuzzi, hidromasajes, la pista con poca agua y el dj, la barra concolchonetas e inflables y lla zona de nado mas profunda que estaba casi vacía.

Suerte porque al ser en la picisa no llevo ropa superior. Lo cual llamo la atención.

Al ver que Kristen, la cumpleañera, se acercaba hacia mí, los demás miraron en mi dirección.

Esto sería un poco más fácil por el como miraban las mujeres. Si, tal vez aún si saben de mi edad, no les importaria probarme.

Caminando hacia Kristen, mi mirada seguía en la suya y como si fuera un consenso, miramos descaradamente al otro.

Era sin duda, la más hermosa que haya visto hasta hoy.

Así es como me decidí. Esta sería la mujer con la que tendría sexo hoy.

Llegando al frente sonrei. Así como ella lo hizo.

"Un gusto conocerte. Javier." Me presente haciendo un saludo con una pequeña reverencia. Algo simple.

"El gusto es mio. Así como la vergüenza. Mi invitación fue brusca y torpe. Perdóname." Habló cordialmente. Aunque había diversión en sus ojos y su boca delataba su picardia.

Sacudí la cabeza sonriendo. "No necesitas disculparte. Tampoco ser formal. Mucho menos mirarme así." Solté sin pensarlo mucho, mirando como parecía verdaderamente confundida.

Antes de que hablara, la interrumpi.

"Eres la cumpleañera, solo debes pedirlo y se te dará. No hace falta insinuar nada." Dije en voz baja. Sin dejar de mirar sus ojos.

Una invitación demasiado repentina, un tipo musculoso desconocido, una fiesta de piscina. Sabía porque estaba aquí.

Era el juguete adicional. El espectáculo móvil. Si hay otra intención al invitar a un desconocido a tu fiesta, la desconozco.