13. La dimensión de una sonrisa.

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Aunque el frío color de sus ojos era escalofriante, sentir la calidez de su cuerpo compartiendo su hospitalidad conmigo lo era aún más.

Durante unos segundos no me rechazó, durante unos segundos no intentó separarme ni se quejó de que yo estuviese tan cerca de él.

Podría haber jurado que nevaba sobre nosotros, pero aún era otoño.

No eran copos de nieve.., eran nervios que bajaban y subían por mi columna vertebral al recordar como habíamos estado hace menos de dos minutos.

—Lo siento.— dice él.

Niego con la cabeza.— No te preocupes—El silencio se hizo espeso e incómodo—. Entonces, antes de que pasara eso... me sacaste el balón porque eres bueno, ¿Verdad? Valió la pena ¿Verdad?

Él aclaró su garganta.— Fui el capitán del equipo hasta el año pasado.

—¿En serio?— pregunté con una sonrisa.— Sorpréndeme, capitán Lee Soo-ho.

Él tomó la pelota y comenzó a driblear, rápida y habilidosamente.

Mi mandíbula cayó en una sonrisa de sorpresa.

Soo-ho avanzó y lanzó desde mitad de cancha al aro, pero falló.

—Ashh.. era muy bueno para ser verdad.— digo avanzando hacia él.

—Inténtalo tú.— dijo y se puso en pose de defensa.

Reí a carcajadas— ¡¿Quieres que te pase a ti?! Con tus 1,80 y mi 1,60?! Estás loco.

—Inténtalo.— repitió

Suspiré y comencé a picar la pelota.

Él se mantuvo en su lugar, sin avanzar ni retroceder, solo moviéndose por los costados.

Dribleé de un lado al otro, pero no dejaba margen de error en su defensa, así que giré con mi cuerpo hacia la derecha mientras picaba el balón.

En un descuido, él abrió de más las piernas y piqué el balón en ese espacio, solo que él me detuvo el movimiento de mi cuerpo en un bloqueo.

Sin embargo me escabullí un poco más y tomé la pelota, picándola, apuntando y lanzando.

Podría haber sido perfecto.

Mis dos manos taparon mi cara, queriendo irme de aquel mundo.

—Fue un buen amague— dijo él—, pero apuesto que tu altura solo te permite hacer baile.

Reí tranquilamente.—Te gané en precisión y determinación, en tactica y habilidad, aún sabiendo que tu físico es descomunalmente grande comparado al mío.

—Esperaba más de ti.— dijo él.

—Inteligente, buena bailarina y además buena jugadora de básquet. Admítelo, soy increíble.— dije en una risita.

Él rió un poco, pude haber remarcado eso como la primera vez que sonrió, pero me gustaba lo natural que se sentía ese momento.

—Cuando anotes.— dijo extendiéndome el balón.

Asentí decidida, y cuando lo iba a tomar de su mano, él la elevó por encima suyo, quedando bastante cerca de nuevo el uno del otro.

—¿Y si anoto primero?— inquiere él.

Pude haber pensado en muchas cosas, pero realmente no pensé en ninguna, no se me ocurrían.

—¿Otro favor?— pregunto con una sonrisa.

PROMISES AND DEBTS - EWFSOODonde viven las historias. Descúbrelo ahora