Desde que los muertos se levantaron, las complicaciones a la vida de Alex llegaron. Muertes, tragedias y sucesos inesperados golpearon la vida de la adolescente, pero ella solo trataba de sobrevivir sola en este nuevo mundo.
The walking dead fanfic...
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La pregunta de Rick se deslizó en la penumbra, y Alex, con una expresión dubitativa, respondió. "¿Llevar la cuenta de los caminantes? No sé... ¿a quién le importa en este mundo?" La incertidumbre en su tono reflejaba la complejidad de enfrentar la realidad implacable que los rodeaba.
La mirada de Rick se mantuvo imperturbable, pero en sus ojos se percibía compresión. Daryl, desde su rincón, no soltó ni una sombra de sonrisa esta vez. El resto del grupo, consciente de la gravedad del momento, se sumió en un silencio pesado, como si el peso de cada caminante caído resonara en el ambiente.
La tensión persistió cuando Rick repitió su pregunta original. "¿Y cuántas personas mataste?"
La adolescente, con la mirada clavada en el suelo, respondió con firmeza. "Dos. Dos hombres.”
“¿Por qué?” Cuestionó de nuevo el adulto.
“Mataron a mi hermano, uno de ellos fue después de que matarán a mi hermano y otro fue en Terminus". La verdad, tan pesada como el olor a descomposición que impregnaba el aire, resonó en sus palabras.
El silencio que siguió fue interrumpido por la siguiente pregunta de Rick, esta vez ofreciendo un destino incierto en el apocalipsis. "¿Quieres unirte a nosotros?"
La oferta quedó suspendida en el aire, y la confusión se reflejó nuevamente en los ojos de Alex, una adolescente forjada por la crudeza del mundo y ahora enfrentada a una elección que podría cambiar su camino. El murmullo lejano de los caminantes, como susurros del pasado, acentuaba la gravedad del momento.
En medio de la abrasadora travesía, Alex se esforzaba por encontrar su lugar en este grupo heterogéneo. El calor aplastante y el polvo que se levantaba con cada paso eran recordatorios constantes de la dura realidad que compartían.
Aunque el agotamiento se reflejaba en su mirada, la camaradería emergente entre ellos proporcionaba un respiro emocional. El sonido del arroyo y las risas apagadas creaban un ambiente de relativa tranquilidad, y Alex, mientras observaba en silencio, empezaba a sentirse parte de algo más grande.
La bebé en brazos de Rick, las interacciones entre los miembros del grupo, todo se entrelazaba formando una red de conexión que, aunque incipiente, resonaba en el corazón de la adolescente. La oferta de Rick de unirse al grupo había sido más que una elección; era una oportunidad para pertenecer, para compartir la carga de la supervivencia.
Mientras avanzaban hacia alguna estructura que prometía refugio, la adolescente experimentaba un atisbo de esperanza en medio de la desolación. La sensación de comunidad, aunque nueva y frágil, se filtraba en su ser, marcando el inicio de un capítulo inesperado en su solitaria odisea postapocalíptica.
El grupo se adentro en el corazón del bosque en busca de un refugio seguro para pasar la noche. A pesar de que el sol se retiraba en el horizonte, su calor perduraba en el suelo y entre las ramas, creando una atmósfera pesada y húmeda. La luz se filtraba a través de las hojas, lanzando sombras danzantes sobre el lecho de hojarasca crujiente que cubría el suelo del bosque.
