Overlord: Advenimiento de los Nuevos Dioses

(Vol. 3) Capítulo 2

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(Vol. 3) Capítulo 2

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Los fieles servidores de sus nuevos amos estaban a punto de llegar a la capital para sembrar las primeras semillas del gobierno de Nazarick. Y ella estaba lista.

Renner estaba sentada en el estudio de su habitación privada con una pluma en su delicada mano, mirando una carta vacía. Estaba a punto de escribir para su colaborador cercano y líder de la rama de contrabando de Ocho Dedos, Zoran Romanof.

Había sido un colaborador cercano durante casi siete años y hasta ahora, su boleto para no casarse con quienquiera que su hermano mayor quisiera entablar amistad. Ella le había dado al astuto anciano información e ideas sobre cómo promover sus objetivos comunes. A cambio, por una enorme suma de oro, por supuesto, los sacaría de contrabando y a Climb del país cuando comenzara la guerra civil.

No importa cuán cuidadosamente alguien hubiera tratado de vigilarla, nadie sabía dónde estaba escondido todo su dinero. A través de innumerables agentes, muchos de ellos involuntarios, había escondido su propia riqueza en más de treinta lugares por toda la ciudad. Quince de ellos irían a Zoran en el peor de los casos, y el resto habría sido el fondo para una vida cómoda con su amado Climb.

Pero este plan ahora casi había sido descartado gracias a su servidumbre a Nazarick y a los Dioses que lo gobernaban. Sin embargo, eso no significaba que pudiera simplemente abandonar sus viejos esfuerzos, había demasiados ojos vigilantes sobre ella y cualquier cambio repentino en su comportamiento, como Zanac había demostrado, era una buena manera de atraer atención que no podía permitirse en ese momento.

Renner escribió un mensaje, el texto codificado en un código que sólo Zoran conocía. Lo más ingenioso del método de encriptación que ella misma había creado era que en la superficie parecía una carta dirigida a una de las matronas del orfanato con nada más que preguntas sobre curiosidades ociosas sobre cómo les estaba yendo a los huérfanos.

Además de esto, esta carta real y diez falsificaciones más se entregarían como distracción mientras ella recorría la ciudad y daba comida y otras necesidades a los pobres.

Tomó un sorbo de té y levantó la vista de la carta con expresión cansada.

"Necesito un breve descanso." Con lo inteligente y trabajador que era su superior directo Demiurge, Renner también necesitaba esforzarse al límite y asegurarse de que no hubiera errores tanto en la planificación como en la ejecución de la adquisición de Re-Estize. Seguramente el demonio no era alguien que perdonara.

Tocó un timbre que estaba al lado de la carta y Climb entró corriendo.

"¿Usted llamó, su Alteza Real?" Hizo una reverencia y su placa de mithril tintineó.

"¿Podrías avisar a las criadas que me gustaría una comida ligera? Confío en que el jefe de cocina tenga algo maravilloso bajo la manga. Y Climb, te dije que no fueras tan formal cuando no hay nadie más alrededor", habló en voz baja. mientras ella se daba vuelta y mostraba una sonrisa.