"Ella tuvo que adaptarse a nosotros porque siempre fue diferente. No es una de nosotros".
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Cuando las luciérnagas se quedaron sin la cura para detener a los infectados, cuando Joel eligió salvar a Ellie, fue el inicio de un creciente sentimi...
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Heather nunca había tenido un cumpleaños. Bueno, seguramente si lo tuvo en algún momento pero era muy pequeña para recordarlo. Ni siquiera sabía su fecha de nacimiento, solo su edad porque oía a los demás decirla. Sin embargo; Dina y Jesse decidieron que la fecha del día de su llegada a Jackson sería oficialmente el cumpleaños de Heather.
Dina y Jesse se esforzaron por hacer que su día fuese entretenido, incluso Ellie tuvo que colaborar sin tanta obligación.
Heather nunca había tenido un cumpleaños, pero estaba segura que a partir de ese día amaría su cumpleaños tanto como el cumpleaños de Joel.
La noche acabó cuando ella y Joel decidieron hacer una noche de películas, en la que no pasó mucho cuando se quedó dormida. Ya no era una niña tan pequeña y delgada, ahora tenía catorce años y había crecido más que antes, y Joel ya no estaba en sus treinta, pero aún así el hombre la cargó hasta su cabaña y eventualmente hasta dejarla en su cama.
Fue alli que Heather abrió los ojos antes de que Joel se fuera.
-Joel -lo llamó logrando que él se detuviera camino a la salida y se girara a verla, no se veía para nada soñolienta.
El hombre rió suavemente de solo pensar en que seguramente Heather se habría hecho la dormida solo para que él la cargara.
-¿Qué pasa? -preguntó él desde su lugar, viendo a la adolescente acostada y con las mantas hasta el cuello.
-¿Podrías no hacer tanto ruido al salir? Tengo el sueño liviano -y era cierto. Pero en realidad Joel era muy sigiloso, solo que Heather tenía el sueño tan pero tan liviano que con el mínimo ruido ya estaba despierta. El de cabello canoso rió entre dientes una vez más.
-Esta bien, lo intentaré -respondió-. Feliz cumpleaños, por cierto.
-Gracias -murmuró ella aun observandolo desde su sitio con una pequeña sonrisa que se formó en sus labios poco después-. ¿Dina y Jesse te lo dijeron?
-Fue Ellie, en realidad -dijo él con una ligera curvatura en sus labios, sintiéndose tranquilo y feliz de cierta forma porque Heather tenía buenos amigos-. Ella me ayudó a escoger tu regalo.
-¿Tengo un regalo? -eso fue suficiente para que la rubia se sentara en la cama mirando a Joel con ilusión. El hombre suspiró con gracia y encendió la luz, caminando hacia un costado de la cama de Heather bajo la emocionada mirada de la misma, fue allí que tomó asiento en la orilla y de abajo de la cama sacó una caja.
La adolescente intentaba contener su emoción, pero le era casi imposible cuando su sonrisa se ensanchó de oreja a oreja. Joel podría jurar que se vía graciosa cuando estaba tan alegre puesto a que parecía una caricatura con los ojos brillosos.
Cuando le tendió la caja y Heather la abrió, la rubia se encontró con un peluche de conejo un poco más grande que la palma de la mano de Joel.
¿Qué eran los obsequios? ¿Algo que das para agradar a alguien o algo que otorgas para que una persona a la que quieres lleve siempre una parte de tí consigo? Heather aprendió que podía ser ambas cosas, pero desde que conocía a Joel, ella esperaba que cada obsequio que él le diera se quedara con ella durante mucho tiempo.
