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— Buenos días — Saludo con alegría al ver a Julia, Ona y Autero sentadas en el sofá, aunque no tenían buen rostro.

— Solo días — Murmura la menor.

— Eso les pasa por andar de borrachas — Me burló — Hice café, está en la cocina, tambien deje unas pastillas para el dolor de cabeza.

— ¿Te he dicho que te amo? — Dice Julia parándose.

— ¿Por qué siempre llegó cuando le dices a mi novia que la amas? — Pregunta Mar entrenando a la sala con cara de sueño y detrás de ella venían el resto.

— No es mi culpa que tú novia sea un rayito de sol — Se encoge de hombros.

— Oye, Mar, ¿Tú novia no está soltera? — Bromea Autero.

— Date cuenta que a mí novia no le gustan las mocosas — Dice Mar mirándola mal.

— Golpe bajo — Dice Nuria riéndose.

— Bueno, debo irme ya, en la cocina les dejé café y pastillas para el dolor de cabeza.

Agarró mi bolso personal y mi bolso donde están las cosas de la cámara junto la cámara. Me acerco a Mar y dejo un beso en sus labios, sacándole una sonrisa y que lo profundizará un poco agarrándome de la nuca.

— Están en su casa, chicas, que pasen un bonito día — Me despido con la mano.

Salgo de mi casa y se que un largo día me espera.

• • • • • •

Horas después, salí a comer con Celia, Mar dijo que no quería venir y la entendíamos.

— ¿Entonces fueron de fiesta y se quedaron a dormir en su casa? Me encanta — Dice la rubia riéndose.

— Algún día te vienes con nosotras — Le digo terminando mi copa de vino — ¿Quieres algo de postre?

— Brownie con helado — Dice inmediatamente.

— Yo también — Suelto una risita y llamo a la mesera — Dos brownies con helado, por favor.

— Enseguida se los traigo — Me dice con una sonrisa.

— Te está coqueteando — Me dice Celia luego de que la mesera se va y la miró confundida — No me mires así, te anda sonriendo mucho y a mí me mira mal, quizás cree que soy tú novia o algo asi.

— Creo que estás delirando, Lia — Ruedo los ojos — Eres más celosa que Mar.

— Quisieras — Se burla — Debo cuidar a la mujer de mi mejor amiga, a veces eres muy amable y la gente muy aprovechada.

— Lo que tú digas, Celia — Ruedo los ojos.

Luego de que llegarán los postres y nos los comiéramos, pagamos la cuenta y dejó a Celia en su casa para luego ir a la mía.

Dure casi todo el día fuera de casa, ya eran las 7 pm.

— ¿Mi amor? — Pregunto cerrando la puerta de la casa.

Me extraña que ni Mar, ni Galet, se acercarán a recibirme.

Auch.

Dejo mis cosas en el salón y escucho ruido en nuestra habitación, me acerco y abro la puerta lentamente.

Veo a Autero, Ona, Nuria y Mar acostadas en la cama viendo una película de terror, con Galet en sus piernas.

Sonrió con malicia.

Me dejaron esto en bandeja de plata.

Cierro la puerta con lentitud y voy hasta el salón, donde escondo mis cosas para que Mar no se de cuenta.

Deja Vu ─ Mar SerracantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora