Familia Yauyorozu

Capitulo 4: Nuestro Nuevo Hogar

Izuku y Momo estaban uno al lado del otro ambos vertidos con el uniforme deportivo de la academia UA, así como el resto de sus compañeros.

Todos estaban viendo a su maestro de aula, un hombre que parecía más un vagabundo que un héroe o profesor.

El hombre miro a todos y cada uno de ellos con un rostro inexpresivo.

Su mirada se detuvo en un par de estudiantes, siendo más precisos en Izuku y Momo.

A su mente llegó la conversación que tuvo con el director hace un par de horas atrás.

FLASHBACK.

-Me puede repetir lo que dijo director, creo que no escuché?- pregunto el hombre desalineado.

-Que tienes prohibido expulsar a Izuku Midoriya y Momo Yauyorozu de esta academia-

-Solo si demuestran potencial ellos se quedarán- hablo Aizawa.

-Creo que no me estás entendiendo Shota, si usted quiere seguir siendo un profesor en esta academia y un héroe profesional, no expulsará ni a Izuku Midoriya no a Momo Yauyorozu, ¿Quedó claro?- dijo y pregunto el raton.

-Como dije director si ellos- se vio interrumpido por el roedor.

-¡Dije!, ¡¿Quedó Claro?!- volvió a preguntar pero un poco más agresivo.

-Si, señor- contesto Aizawa sabiendo perfectamente que su jefe no está jugando de nuevo como solía hacer.

-Espere no enterarme de que hiciste una estupidez, puedes irte- comento el roedor.

FIN FLASHBACK.

El vagabundo iba a descubrir el porque eran tan importantes estos 2, pues incluso el director quitó de los alumnos recomendados a Shoto Todoroki para que el arbusto con patas entrara.

Por lo que, la chica conocida como Ibara puedo entrar a esta clase para suplir el lugar faltante.

Aizawa simplemente hizo su típica amenaza de expulsión y sus pruebas ignorando completamente lo que le dijo el director sobre la expulsión.

Al finalizar las pruebas Aizawa tenía toda la intención de expulsar a Izuku Midoriya y se lo había hecho saber a todos.

Pero para su mala suerte, el que realmente quedó en último lugar fue un enano pervertido bastante feo, que si lo mirabas bien no tenía ningún rasgo positivo, lo que levanto algunas banderas rojas sobre el como, alguien tan inútil termino en esta clase.

Sin más el pervertido fue expulsado y muy posiblemente sería enviado a un reformatorio, ya que intento atacar a sus compañeras de manera sexual.

Después de eso el día no fue muy diferente a uno en una escuela normal simplemente esperaban la salida.

En la entrada de la escuela estaban parados 2 de nuestros 3 protagonistas de esta historia.

Ambos llamaban mucho la atención, Momo por su belleza y gran cuerpo, cosas que ya desde el primer día le había ganado el título de "La más bella de la UA".

Por otro lado Izuku desprendía ternura a más no poder, las chicas no podían dejar de compararlo con un pequeño, tierno, lindo y super esponjoso conejito.

En secreto las chicas ya estaban empezando a llamarlo Bunny o Green Bunny.

Desde unos cuantos minutos una limusina se detuvo frente a ellos, ambos subieron sorprendiendose de que sus madres estuvieran dentro.

El viaje estuvo lleno de preguntas sobre como fue su primer día en la escuela y con lujo de detalles.

Obviamente los jóvenes explicaron todo lo que les ocurrió sin saltarse ni un solo suceso.

Al escuchar todo, la mente de Aoi comenzó a maquinar un plan, el cual desgraciadamente no le Hiba a gustar a Nezu.

Mientras la conversación continuaba, el joven peliverde se percato de que no iban en dirección a su zona de apartamentos.

Izuku miro a su madre con confusión y está al ver su rostro solo le dió una pequeña sonrisa dándole a entender que ella ya sabía esto.

Después de unos minutos llegaron a una mansión exageradamente grande y costosa.

Pues el simple echo de llegar a la mansión ya era un poco complicado, esto debido a que había cerca de 2 kilómetros entre la mansión y la entrada a los terrenos.

Mientras Aoi les daba un pequeño recorrido por las habitaciones principales de casa a ambos peliverdes, el más joven se percato de algo muy importante.

Había una habitación que tenía una placa con su nombre escrito, por curiosidad abrio la puerta y se encontró con una habitación muy grande con todas sus cosas.

-Asi que ya lo descubriste- fue la voz de Aoi la que sorprendió a Izuku.

Este se giro y vio a la bella mujer parada detrás de el en el pasillo, detrás de ella llegaron Momo e Inko.

La pelinegra más joven se sorprendió al igual que el peliverde por lo que estaba viendo.

-Veran chicos, estuve hablando con Inko y le estaba ofreciendo que ella y su hijo vinieran a vivir con nosotros, a lo que ella acepto.

-Pero, mamá, ¿Por qué hacer eso?- pregunto Momo.

-El salvó mi vida y a cambio le voy a dar una mejor a este joven- hablo mientras se acercaba a Izuku.

-Además no puedo dejar a tu futuro padre viviendo solo el día a día con lo poco que tienen- comento con un tono de gracia mientras se inclinaba y le daba un beso en la mejilla al chico.

Inko miro esto con una sonrisa recordando lo que pasó hace unas horas.

FLASHBACK.

-Entonces, acepto mi propuesta?- pregunto Aoi bebiendo un poco de té.

-Solo tengo una pregunta- dijo Inko llamando la atención de la otra mujer.

-¿Por qué tanto interés en mi hijo?- soltó la bomba.

-Me seré honesta señora, al principio solo lo hacía para molestar a Momo, después de todo a ella le gusta Izuku pero no va a admitirlo tan fácil- hizo una pausa viendo su taza de té.

-Pero poco a poco, he llegado a ver el porque le gusta tanto a mi hija, Izuku no solo es valiente, también es amoroso, cariñoso, comprensivo, logra entender por lo que la gente pasa, el es casi el hombre perfecto, solo falta arreglar un poco su interacción social y tendrá a todas las chicas a sus pies- explico la mujer.

-Me voy enamorado de su hijo aunque usted no sea capaz de creerlo- confesó Aooi.

-3-

-he?-

-Dije que quiero 3 nietos, ese es mi precio para que puedas intentar atrapar a Izuku y cuánto antes mejor- explico Inko.

Eso dibujo una sonrisa traviesa en el rostro de la pelinegra, sabiendo que ahora tenía la vía libre para ir a cazar al conejito verde.

FIN FLASHBACK.

Regresando del carril del recuerdo la madre del joven peliverde vio como la cabeza de su hijo estaba entre los pechos de ambas pelinegras.

-*Espero y no empiece a desarrollar una adicción a los pechos grandes*- pensó Inko, sabiendo perfectamente que de ahora en adelante la cabeza de su hijo pasaría la mayor parte del día entre los grandes pechos de cualquiera de sus 2 pretendientes.

FIN DE CAPITULO.