a Lucifer le encantaba sacar de sus casillas a Alastor, así que un día se le ocurrió ¿por que no coquetearle? ya sabes, por pura joda.
No pensaba lo que estos coqueteos desencadenarian
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-𝘓𝘢 𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘩𝘪𝘤𝘦 𝘺𝘰 �...
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Charlie sabia que su papá y Alastor no se llevaban bien, lo tenía muy claro. Entonces ¡¿por que rayos su papá le estaba lanzando piropos a Alastor?!
Esto empezó por la mañana, Lucifer bajo en la mañana para preparar el desayuno como de costumbre (aunque Charlie le había dicho que no era necesario) . Todo era normal hasta que Alastor hizo presencia.
-Buenos días ciervito~ -hablo Lucifer, con un tono coqueto nada propio de el, al menos no dirigido hacia Alastor
Alastor se detuvo, Charlie escupió el café que estaba tomando y el resto se quedó petrificado mirando con los ojos muy abiertos al rey del infierno.
Lucifer no se inmutó, seguía cocinando hotcakes felizmente.
Alastor regresó a ver con una cara extrañada y algo irritada por el apodo, pero como siempre su sonrisa permanecía.
-Como me llamaste?- pregunto el demonio de la radio
Lucifer sonrió de lado apagando la estufa y dejando su hotcake de lado para darse la vuelta y encarar al más alto.
-Ciervito, no te gusta? -hablo mirándolo retador, notando como Alastor se cabreaba -me parece un apodo perfecto con esas tiernas orejas que tienes
Las orejas de Alastor se movieron indignadas, pero simplemente se quedó en silencio y dio una mirada que hubiera aterrado a cualquiera, pero no a Lucifer, no ahora que había acertado en el blanco.
Sin más Alastor se retiró de la cocina, dejando a todos aún sin poder reaccionar y a Lucifer con una sonrisa ganadora en su cara.
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