Después del amanecer

Capítulo 8

A medida que caía la noche, el paisaje nocturno fuera del salón de banquetes parecía una hoja de papel salpicada de tinta, adornada con luces brillantes.

Li Luo estaba parado en el estacionamiento al aire libre, apoyado en un lujoso y brillante Maybach negro puro, con un cigarrillo entre los dedos que apenas brillaba. No fue hasta que el cigarrillo casi le quemó la mano que Duan Mingyang y su grupo salieron del salón de banquetes.

Un grupo de personas inclinadas y respetuosas lo seguía, incluido Luo Peng, pero a su lado solo estaba Lin Cheng.

Li Luo inhaló con fuerza el último trozo de cigarrillo, sintiendo el dolor en los dedos quemados, lo arrojó descuidadamente al suelo, metió las manos en los bolsillos, pisoteó el cigarrillo con sus zapatos de cuero y exhaló una nube de humo, y vio a Duan Mingyang fruncir el ceño mientras se acercaba.

Finalmente, hizo que este hombre mostrara una leve expresión emocional, incluso si era de disgusto, era mejor que la indiferencia.

"¡Hermano Luo!" Lin Cheng corrió unos pasos, llegando antes que Duan Mingyang, "¿Por qué estás fumando? No es bueno para la salud..."

Li Luo le frotó la cabeza, "Estoy bien, tengo algo que decirle al Sr. Duan, ¿puedes retirarte por un momento?"

Trató de hacer que su tono no sonara como el de una malvada antagonista de una novela romántica.

Aunque una vez había interpretado el papel de la inocente y amable protagonista femenina delante de Duan Mingyang, él no era tan blando como Lin Cheng, actuara lo bien que actuara, seguía siendo un personaje secundario destinado al fracaso en este guion.

Y el resultado fue un completo fracaso.

"Bien, está bien." Lin Cheng no expresó ninguna objeción o duda, tan obediente y dócil como siempre. Pero luego se volvió hacia Duan Mingyang y dijo: "Hermano Luo me trata muy bien, así que trátalo bien, no vuelvas a comportarte como lo hiciste antes." Su tono parecía regañarlo, pero tenía un toque de coquetería.

Duan Mingyang no debería caer en este juego. Pensó Li Luo. Al menos, cuando solía ser tan coqueto, Duan Mingyang solo desviaba la mirada sin expresión y se negaba a responder.

"Chengcheng, vete primero." Duan Mingyang tiró de Lin Cheng hacia él, también le acarició el cabello, como si estuviera afirmando algún tipo de autoridad.

Li Luo no pudo evitar una sonrisa irónica.

Resulta que no es que no caiga en este juego, solo que no cae en su juego.

Al ver que ambos le urgían a irse, Lin Cheng se marchó resignado, escoltado por sus guardaespaldas.

Duan Mingyang instruyó a los guardaespaldas restantes que se mantuvieran a distancia, asegurándose de que no pudieran escuchar la conversación, luego miró a la persona frente a él.

Li Luo golpeó la lujosa limusina detrás de él y dijo con una sonrisa: "¿No te gustaba mucho el Maybach, Duan? ¿Por qué no lo quisiste cuando te lo regalé?"

Duan Mingyang no respondió ni preguntó nada. Simplemente se quedó allí como un espectador, con la mirada sin calor fijada en él, esperando pacientemente a que dijera lo que tenía en mente, como si ya hubiera comprendido todo lo que quería decir.

La calma y el desdén de Duan Mingyang eran intimidantes. No tenía que hacer nada para hacerlo perder el rumbo.

Fue así también al día siguiente de su primera reunión esa noche.

Li Luo se despertó temprano por la mañana para encontrarse acostado en una cama fría y dura, sin nadie más en la habitación. De inmediato, regresó apresuradamente al estacionamiento del bar y condujo hasta la escuela, queriendo averiguar en qué facultad estaba Duan Mingyang. Pero al llegar al edificio académico, se encontró con un grupo de amigos que acababan de salir de clase. Uno de ellos le dio una palmadita en el hombro y bromeó: "Li, ¿cómo te fue en el bar gay anoche? ¿Te llevaste a alguien a casa?"