Max, Michael y Sebastian llegaron a Hungría en un solo avión, pero se separaron en el hotel. Cuando la noche caiga, Michael habrá deseado haberlos encerrado en una habitación.
Felipe, Fernando, Mark y Jenson estaban bebiendo en la habitación del primero, donde luego se sumaron Nico y Lewis.
—¿Alguien ha visto a Max o Sebastian?
Los otros niegan sin profundizar el tema porque el alcohol empezaba a hacer efecto.
—Voy por mas cervezas —exclama Felipe cuando solo le queda una botella a cada uno y Fernando lo detiene
—Yo voy, soy más rápido que tu ¿recuerdas?
Una ola de risas ebrias inunda la habitación.
—Muy gracioso, ¿verdad? —pregunta Felipe con sarcasmo para luego tirarle un poco de su cerveza a Fernando encima y salir corriendo
—¡Vuelve aquí! —Alonso va tras él para desquitarse
Se persiguen en la habitación esquivando cosas mientras los otros cuatro los observan y se ríen. Felipe se sube a la cama y salta de ella terminando de cara en el suelo cuando sus pies no coordinaron bien. Fernando le tira algo de su cerveza a Felipe y luego se sienta.
Pero Felipe no deja el tema y con lo que restó de su cerveza (que milagrosamente dejó antes de salir corriendo) se la trata de tirar a Fernando, pero queda mayoría en Jenson.
—¡Hey! ¡Yo no estaba jugando! —se queja el británico afectado y le tira algo de cerveza a Felipe, que salpica en Lewis
Este se venga tirando su cerveza en Jenson también, pero le llega a Mark también, quien devuelve el movimiento a Lewis, pero también llega a Nico.
Entre los cinco (excluyendo a Fernando quien solo se alejó silenciosamente) empezaron a mojarse con la cerveza. Lewis fue por más cerveza y Mark huyó siendo seguido por Hamilton, a quien Jenson persiguió también. Y en cadena, con Mark siendo el único sin cerveza renovada, salieron corriendo los cinco de la habitación de Felipe.
Se persiguen por los pasillos del hotel y bajan escaleras a toda velocidad teniendo suerte de no caer. Terminan en la lavandería del hotel tirándose cerveza entre todos. Lo malo de esto, es que el líquido llegó al panel de electricidad del hotel (¿Quién fue el estúpido que puso el panel de electricidad de todo el lugar en un lugar donde todo se moja cuando se lava ropa? Pensó Felipe) logrando que hiciera cortocircuito y las luces se apagaran.
En la habitación de Sebastian, él y Max estaban jugando cuando de un momento a otro, todo quedó a oscuras. Asi que salieron a investigar que había pasado. A oscuras con solo el celular de Sebastian alumbrando, se acercaron al pasillo todo mojado con cerveza.
—Alguien hizo fiesta y no nos invitó —exclamó Sebastian
Por otro lado, unas habitaciones atrás de ellos, un Fernando borracho había encontrado un disfraz en la habitación de Felipe (¿Por qué Felipe tenía eso? La ebriedad no lo hizo preguntárselo), de esas ropas que usaban los Samurái, bastante raro. Pero se lo puso y salió ebrio de la habitación a mostrárselo a alguien. Ese fue el inicio de sus problemas.
Avanzó un poco y se encontró con la linterna del teléfono de Sebastian que lo cegó durante unos momentos. Max no pensó muy bien su siguiente movimiento, pero el Samurái apareció de repente y lo asustó, así que le metió una patada en los testículos y salió corriendo dejando a Sebastian atónito, que luego se desmayó del miedo.
El grito de dolor de Fernando se escuchó hasta la lavandería, donde estaban los otros mirando el panel, preocupados.
—¿Oyeron eso? —pregunta Mark, pero era tarde