Sebastian no es estúpido. Ve las interacciones del Mark y Fernando, como se agarraron las manos en la conferencia de prensa, como se miran...
¿Pero pueden culparlo? Él quiere a Mark.
Quiere a Mark y no puede dejarlo, no quiere, pero ¿aferrarse no lo hace peor?
—Seeeb —Max entra en la habitación del alemán con helado— ¿Pijamada?
El alemán sonríe y asiente.
—Maxie, si te pidiera un consejo...
El neerlandés abre el helado y le tiende una cuchara a Vettel.
—Desquítate todo lo que quieras, me gusta el chisme y ayudar, así que cuéntame todo.
Max se sienta en la cama junto al alemán y espera que empiece.
—Todo empezó en España, las cosas iban bien para ambos, al principio fueron solo besos y ya sabes. Llegó Turquía, discutimos y él empezó a verse más con Nano. Hablamos y arreglamos lo que pasó en Turquía un par de días después. En Silverstone empeoró por las decisiones del equipo, pero no terminó lo que teníamos. De ahí en adelante, hablamos y arreglamos eso, pero no volvió a ser lo mismo. Y ahora debo ver como aun estando conmigo, mira a Fernando como si fuera todo lo que deseara en esta vida.
—No, Seb, si está contigo no deberías ver como mira a alguien más. Tu estas dejando que sea así. Si no te quiere como a él ¿Por qué seguir con lo que tienen?
—Lo quiero, Max, enserio lo quiero —responde Sebastian y Max niega
—¿Pero lo amas? Dices que lo quieres ¿pero lo quieres lo suficiente como para seguir con él cuando no te ama a ti? —pregunta Max
—No sé si pueda hacerlo sabiendo que no es feliz.
—Mira, te voy a dar un ejemplo de lo que pasará si te sigues aferrando a Mark. Tú has visto como mira mi papá a mis tíos, pero sé que no has visto como es mi mamá. Mi padre le pidió el divorcio hace mucho, pero ella se sigue aferrándose a él cuando incluso ya ni lo ama. Solo para una pequeña satisfacción de que no lo tendrá alguien más. Pero no es así, ella ya no tiene a mi papá, puedo asegurar que probablemente nunca lo tuvo. Ella prefiere quedarse con él, incluso si él no es feliz con ella. Y eso los está destruyendo a ambos. Porque ya no existe entre ellos ni cariño, amor o atracción.
—¿Crees que Mark no haya sentido más que atracción por mí? —pregunta Sebastian y Max mira el helado no queriendo decirle lo que piensa
—¿Quieres mi opinión? —la voz de Max tiembla un poco y Sebastian duda en asentir, pero lo hace— Creo que no, que solo siente atracción y no se enamoró de ti. Eso es algo muy fácil de confundir, Seb. Pero mírate ¿Quién no se sentiría atraído por ti?
El alemán se ríe.
—Alimentas mi ego, Maxie.
—¿Puedes tener más ego? —se burla Max y luego suspira— Muchas veces nos enamoramos y la otra persona no tiene el deber de enamorarse de nosotros. Los amores no correspondidos son así, duelen, pero es mejor dejar ir que aferrarse a algo que no va a funcionar. Quizás Mark no es el indicado para ti, pero te aseguro que hay alguien en este mundo que te llegará a amar como lo deseas, Seb. Habrá alguien que tratará de darte todo y tú tendrás que dar también para que funcione. Si ambas partes no aportan ¿Cómo esperan que funcione?
—¿Y si ese alguien nunca aparece? ¿y si me quedo solo?
—Te tendrás a ti. Me tendrás a mi si algún día necesitas a alguien, no estarás solo, Seb, hay mucha gente que jamás te dejará solo.
El alemán se quedó callado por un tiempo y Max deja que piense.
—¿Entonces debo terminar con Mark?
—No voy a darte una respuesta a eso, tu decidirás si quieres hacerlo o no. Es tu decisión.
—Sera incomodo tener que verlo cuando salimos todos o en los garajes.
—No debe serlo, si hablan, pueden terminar en buenos términos. Mira a Lewis y Fernando, se odiaron por mucho tiempo y ahora que hacemos estupideces todos juntos, no es incómodo. Pueden ser amigos, incluso si suena como una locura ahora. Seb, no creo que quieras escuchar esto, pero tú tampoco lo amas, lo quieres quizás, pero no es amor. Te he visto enamorado y no es como con Mark. Mark es un anhelo, no un enamoramiento.
Max deja el pote de helado en la mesa al lado de la cama.
—No puedo creer que un niño de trece años me haya dado toda una charla sobre mi vida amorosa —Vettel rompe el silencio con una broma
—Si vivieras en mi casa, entenderías porque se tanto —Max se ríe y se recuesta en la cama—. Mi madre no está la mayoría del tiempo y es por eso que mis tíos siempre están ahí para mi padre. No les gusta dejarlo solo, porque mi papá no está solo, los tiene a ellos y lo veo sonreír sinceramente cuando está con ellos. Lo hacen feliz. Además, Mick y Gina se acostumbraron a verlo y a jugar con Victoria. Yo casi nunca estaba, ya sea por el karting o por estar viajando con el tío Michael, pero los cuatros somos unidos.
—¿Entonces probablemente si tus padres se divorcian serás Max Emilian Verstappen Schumacher Häkkinen? —pregunta Sebastian cambiando de tema
—¿Quién te hizo creer que mi papá dominaba? —Sebastian hace una mueca de asco y Max se burla
—No quería esa imagen en mi cabeza, Emilian.
—De cualquier manera, supongo que sí, sería así porque el tío Michael prefiere que no usemos su apellido. Mick va al karting con el apellido de la tía Corinna, ya sabes, por lo de la presión de ser hijo del 7 veces campeón. Es un blanco en la espalda que la prensa y cualquiera va a usar para desmoronarlo y decirle que debería ser mejor. —ambos se quedan mirando al techo
—¿Tú sientes esa presión?
—A veces, imagina que un bicampeón y un heptacampeón te entrenen durante toda tu infancia para que al final solo termines siendo un piloto de media tabla, no quiero sentir que les fallé. Incluso si todos dicen que no los decepcionaría, tampoco los enorgullecería. Me asusta eso, por eso siempre busco el primer puesto.
—Serás un gran piloto, lo sé —Max sonríe
—Yo creo que tú eres quién ganará el campeonato...
—Bueno, gracias por la confianza.
Continúan hablando hasta más de la medianoche, Sebastian cierra con seguro la puerta de la habitación, y el y Max terminan durmiéndose después. Michael casi enloquece buscando a Max (al niño se le olvidó decirle que iba con Sebastian), pero, a fin de cuentas, el alemán y el neerlandés duermen tranquilamente.