Decidí marcharme.
Decidí marcharme porque sentía que ya no tenía nada en común contigo.
Antes de irme te amé por encima de todo y de todas las personas que me rodeaban, te quise hacer sentir especial.
A ti, solamente a ti, te abrí mi corazón. Ese corazón que llevaba años cerrado por culpa de las heridas que otros causaron.
Te quise hasta el último día que nuestros cuerpos fueron rodeados por un abrazo. Te quise realmente mucho, en las buenas y en las malas.
Yo te amé cada uno de esos días que pasamos juntos, mientras que tú fingías hacerlo diariamente.
Tus "te quiero" no eran nada más que dos palabras, dos palabras que al salir por mi garganta dolía, nunca fui expresiva con mis sentimientos, pero pensé que por ti valdría la pena. Pensaba que tú la valías.
A día de hoy me arrepiento de haberte querido, porque ya he aprendido la lección, esa lección que nunca olvidaré; quien más ama es quien más roto acaba.
Nere_goe
