Capítulo 3: «Preludio»

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Ella sonrió y yo la miré a los ojos, grandes y grises. Se parecía mucho físicamente a Felipe, pero la diferencia entre sus personalidades destacaba. Ella era amable y buscaba lo social de manera discreta, sutilmente tímida. Su hermano era excéntrico por donde lo miraras, pero era totalmente ajeno a interactuar. Marcela se esforzaba en esa área más de lo considerado común.

—Debo ir a clase, eh...

—Kate.

—Marcela.

Ambas volvimos a sonreír y continuamos nuestro camino. Ella al grupo C y yo al B. Tras darme la vuelta, noté la mirada discreta de aquel pelirrojo en mi clase, parado junto a la puerta. Pero cuando se la devolví, enrojeció y entró al salón. Yo fui a este y entré tomándome mi tiempo para analizar.

Elizabeth reía enérgicamente para ser de mañana, pero yo fui al lugar en el que se encontraba el chico que me había estado mirando. Porque sí, tenía una pregunta.

—La conoces, ¿verdad? —pregunté apoyándome en su pupitre.

—¿Qué? —dijo totalmente perdido ante mi cuestionamiento.

—A Marcela, la chica con la que estaba hablando en el pasillo. Nos viste.

Pero pese a lo desorientado que se veía, respondió acorde a lo que yo le decía.

—Sí, somos amigos.

Volví a sonreír.

—Soy Kate.

—Lo sé, digo, yo Matías.

—¿Puedo sentarme junto a ti? —él volvió a enrojecer y traté de disimular la ternura que me dio. Se encontraba tan embobado que no se dio cuenta de mi gesto—. Sí, claro.

Elizabeth parecía molesta, pero no me preocupó. Era momento de centrarme en mí y mis relaciones interpersonales, hacer amigos.

Durante la clase, notaba la mirada de Matías. Le llamaba la atención y yo no era tonta, pero como no quería cometer el mismo error de salir con el primero que me dé una pizca de atención. Debía fingir demencia hasta identificar si él era o no igual a Evan.

Elizabeth volvía a mirarme de reojo de manera compulsiva, apretando el botón sacaba y hundía la punta de su bolígrafo. Le molestaba que yo tuviera amigos, pero pensé que si yo estuviera en su lugar, me herviría la sangre saber que no recibiría la atención que solicitaba indirectamente, así que miré de lleno al pizarrón.

Pero no me di cuenta de que había captado la atención de más personas dentro del salón.

La hermana de Anna y Lily se puso de pie para recoger el lápiz que había caído a los pies de Matías muy convenientemente. Cuando lo hacía, aprovechó de dejarle una nota y como fue sumamente torpe, logré leerla antes que el mismo Matías.

"Quien es tu novia? 7u7".

Matías enrojeció al leerlo, con la discreción que la otra chica no tuvo entregando el comunicado.

Ahora ella y el muchacho junto a su lugar, miraban en nuestra dirección, lo que hacía cada vez más difícil fingir demencia. Pero al voltear de reojo, vi algo que me dejó en blanco. Chloe estaba sentada en uno de los últimos asientos, garabateando en su cuaderno. ¡Chloe! La psicópata por la que tenía dos cabezas decapitadas bajo mi cama.

Me puse de pie sin apartar la mirada. Y después de hacerlo, noté las miradas de todos en el salón, pero no me detuve hasta que el maestro habló.

—La clase inicia, vayan a cambiarse a los vestidores y yo los espero en el gimnasio.

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⏰ Última actualización: 16 hours ago ⏰

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