•El principio•

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No voy a volver, y si lo hago no volvere contigo, por que ya no te amo…

No te amo...

Ya no te amo…

—¡Hey, grandulon! ¡despierta! —Exclamó Taehyung por tercera vez.

Había regresado del trabajo y habia encontrado a Jungkook sentado en su sillón mirando por la ventana perdido en sus pensamientos. Sentía tristeza por él. Le rompía el corazón oírlo llorar mientras duerme, teniendo las mismas pesadillas de siempre. Aveces trataba de entender a Jimin, pero por más que pensaba en todo lo que Jungkook le había contado, no podía entenderlo. No podía entender que tan cruel debía ser un doncel para haber destrozado a un hombre tan maravillos como Jungkook. En serio que no lo entendía.

Un poco más de un año habia pasado desde aquella noche en que Jungkook y el cielo habían llorado. Desde que lo había traído a su casa para asi cuidarlo. Había tenido miedo y muchos nervios, eran desconocidos en ese entonces. Taehyung no sabía nada de él, y temía haberse equivocado al ayudarlo, por que ya había tenido malas experiencias intentando ayudar a quiénes no querían ser ayudados.

Pero una vez más Jungkook habia demostrado el ser maravilloso que Taehyung conocía. Una sonrisa tonta apareció entre sus labios al recordar esa noche. Jungkook había tenido mucha calentura durante toda la madrugada. A veces llamaba a su hija y otras a Jimin, y cada vez que Jungkook lo había llamado por el nombre de Jimin, Taehyung sentía una profunda tristeza. No había tenido el corazón de decirle que no era Jimin cuando Jungkook estaba delirando por la fiebre llamándolo Jimin mientras lo buscaba con las manos. Eso había estrujado su corazón y le había extendido la mano para que Jungkook la tomara y lloro cuando este soltó un largo suspiro cuando tuvo a su mano sobre la suya. Por que incluso sin conocerlo el corazón de Taehyung ya le pertenecia aunque el doncel no lo sabe todavía o quizás no quiere verlo aún.

—Jungkook, despierta por favor—Llamó de nuevo hacia Jeon.

Está era la tercera vez en la semana en que lo encontraba desconectado del mundo.

Taehyung apretó los ojos trantando de calmarse para asi caminar hacia Jungkook. Cuando estuvo detrás de él, rodeó sus brazos por su espalda para después apretujarlo con la mayor fuerza posible—...Si te vas, deja tus huellas detrás...mantendre su calidez…lo mantendré en blanco y negro....—Mientras le cantaba la misma canción de cuando se conocieron.

Sintió al cuerpo de Jungkook temblar y después lo escucho, escucho su llanto y por fin Taehyung soltó el oxígeno que no sabía que había retenido. —Shhh… está bien, está bien, estoy aquí—Arrulló.

Poco a poco Jungkook fue saliendo de su crisis catatónica mientras su llanto cesaba de a poco. 

Taehyung soltó su torso para ponerse frente a él —Hola—Dijo con una sonrisa.

—Hola—Respondió Jungkook para después abrazarlo y hundir su rostro en los cabellos de Taehyung soltando una larga respiración y sintiendo como la tranquilidad invadía todo su cuerpo.

Se había ido de la compañía hace un poco más de cuatro horas y como siempre su inconsciente lo había hecho conducir hasta el pequeño departamento del doncel rubio. Hace meses que hace lo mismo. No soporta ir a esa casa que le trae malos recuerdos, esa casa para él ya no era su casa, su hogar, había dejado de serlo desde que Jimin se había ido.

Ha pasado un año desde que lo vió por última vez en la corte donde con todo el dolor de su corazón se había forzado a firmar el divorcio, había tenido la esperanza de que Jimin se arrepintiera en el último momento, pero este ni siquiera lo había mirado. Ese día había llorado hasta el cansancio, abrazado de ese doncel que ahora tenía en brazos consolándolo. Su ángel como él lo llamaba, Taehyung había sido quién estuvo con él, su madre también, pero por alguna razón la paz y tranquilidad que Taehyung le transmitía, ni su madre podía hacerlo. Jungkook no sabe el porqué, pero tampoco le importaba. Taehyung era su calma y eso está bien para él.

Mi esposo [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora