Vino de estrellas.

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Apareces en mi peor momento, cuando la vida me muestra lo que no es bello.

Sé que juré que era el final, pero del libro no soy el autor, aún faltaba un capítulo más.

Insistes en verme, te siento diferente,
Me cuentas el hecho por el cual te alejaste y no fue por despecho, es muy evidente que muero por tenerte.

Charlas inagotables, verdades hermosas, mentiras piadosas, sonrisas gloriosas.

Misma conexión, misma ilusión, mismas ganas de hacer el amor.

Te kiero, te amo, te extraño, frases frecuentes y exigentes, que buscaban un beso urgente.

Te paso a buscar, muero por besarte, labios que amar, caricias que lograr.

Nunca pensé volver a rozarte, volver a sentir tus labios y tu piel, tu aliento de miel, tu abrazo y placer.

Mi amor nos dijimos, y no nos mentimos, fue real y cierto sellado con vino.

Te hice mío, en ese auto, fuimos uno, y ahora sabíamos que no podríamos culpar al vino por habernos tenido.

Exploré con mis labios cada esquina de tu piel, te bese, te probé, te disfrute. Años de espera te hicieron aún más dulce que la miel.

Acabamos rendidos, perdidos y confundidos, entendiendo lo que nos hemos perdido por estar tan dolidos y al fin arrepentidos.

Te amo al 100, para que negarlo, si aparte de magia tenemos pasión y ya no podemos ocultarlo en el caparazón.

¿Qué haremos? ¿Cómo lo explicaremos?
Si todos ya saben que somos letales, haremos de cuenta que no pasa nada, que no nos comemos con una mirada.

Las estrellas son testigos de aquello que hicimos, a más nadie hemos querido, somos mucho más que amigos.

El cuento al fin llegó a su final, mientras escapamos hacia una realidad en la cual nos podamos amar aunque sea una vez más y que sea verdad.

Solo el cielo sabrá lo que pasará, que te amo es verdad y para toda la eternidad.

Versos de mi 10% Donde viven las historias. Descúbrelo ahora