CAPITULO 5. [Reescrito]

239 19 15
                                    

Ahí estaba él, en el recreo hablando con Jeremy sobre un juego nuevo que acababa de salir, como si no estuviera atrapado en el pasado y planeando un posible asesinato.

Pero en realidad se sentía tan cansado, sabía y no sabía qué hacer: detener la investigación de William y evitar sus planes, además de tener que llevarse bien con Evan.

Pero, ¿cómo demonios haría eso?

William tenía cámaras por todas partes, no podía hacer eso. No sabía qué camino tomar. Era tan frustrante.

Jeremy lo miró. -¿Te pasa algo? - preguntó, observándolo detenidamente. Michael alzó una ceja al ser sorprendido por la pregunta, luego se dio cuenta de que se había quedado mirando fijamente a la nada, con una expresión perturbada. -No, nada. - murmuró. Jeremy lo observó sin creerle del todo. -Mira Michael, si algo te está molestando, quiero que sepas que siempre estaré contigo para apoyarte y ayudarte. Así que puedes decirme tranquilamente qué te pasa. Si quieres, podemos hablar en un lugar más privado. - dijo Jeremy con preocupación.

Hacía tanto tiempo que alguien no lo miraba así. Recordó vagamente cómo su mamá lo miraba de esa manera cuando se caía, o cuando William lo insultaba. Pero hacía años que no veía a su mamá y pensó que nadie más lo volvería a mirar así.

Miró a Jeremy y rápidamente sonrió para tranquilizarlo. -No es nada importante, Jere, solo estaba pensando. - El rubio lo miró con ganas de preguntarle más cosas, pero se contuvo al recordar que no debía presionar sobre temas privados. -Bueno, pero quiero que sepas que siempre te apoyaré. - volvió a decir. El sonido de la campana hizo que se separaran y fueran a sus respectivos salones.

En la hora de la salida, los dos caminaron hacia su casa, hasta que en el camino se encontraron con una escena inesperada.

Era Evan, no estaba solo, había otros tres niños más que lo estaban molestando. Vi cómo uno de esos niños empujó a Evan y lo tiró al suelo.

No solo eso, los niños se estaban burlando de Evan por llorar.

Eso me hizo enojarme. Se acerqué y dijo —¿Qué están haciendo?— en un tono frío y amenazante. Los tres niños se dieron la vuelta. El primero era bajo y gordito, llevaba una camiseta de manga corta y unos pantalones azules, con cabello marrón y ojos azules. El segundo era mayor, con una camiseta verde, piel morena y también pantalones azules. La última era una niña con una camiseta naranja y una falda roja, cabello rojo y ojos verdes.

Los tres se dieron la vuelta lentamente, pero luego suspiraron aliviados.

Me pregunté por qué estaban aliviados, hasta que recordé que siempre se metían con Evan. Era algo que el vecindario sabía. —Solo estábamos jugando con Evan. — dijo la niña, obviamente pensando que no me iba a enojar.

Pero estaba equivocada, porque sí estaba muy enojado. —¿Jugando? ¿Cómo que jugando? Sé lo que están haciendo y no es un juego. — exclamó , acercándome al niño mayor, sabiendo que iba a ser el líder de ese estúpido grupo. Una ventaja de tener su cuerpo del pasado es que estaba en forma, no increíblemente musculoso, pero sí lo suficiente para ser 'amenazante'. Así que apenas me acerqué, el chico mayor se asustó y se alejó un poco. Pero yo no lo iba a dejar ir. Lo agarre de su remera. No le importaba si el niño tenía doce o once años.

No recordaba bien su edad, sabía que aquí tenía quince, pero antes o después, no la sabía, no lo recordaba, luego de tener veinte dejo de siquiera recordar su cumpleaños.

Miro al chiquillo en sus manos, sin disimular su molestia. -si tu patético grupo intenta algo más en contra de Evan, juro de que será la última cosa que haga. - amenazo, su voz era casi un gruñido y ni simulo su enojo que tenía. - el niño lo miro, sabía que era medio injusto lo que estaba haciendo.

Cambiando las cosas, ¿¡Los dos juntos!?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora