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YOONGI

"Tiene un acosador"

Escuchar esas palabras en voz alta hace que la situación sea realmente real.

Llevo meses ocultándole mi situación a mi hermano, pero ver su reacción me asusta aún más de lo que ya estoy. Sin embargo, no me sorprende que estar en presencia de Jungkook me haga sentir mejor. Más protegido. Seguro.

Su altura supera el metro ochenta. Es ancho y fuerte e... increíblemente guapo. Quiero decir, en serio. Todas las chicas del campus quieren conquistar al jugador estrella de béisbol, aunque ninguna parece conseguirlo.

Finjo que no me gusta tanto.

Después de todo, Jungkook me ve como a un hermano pequeño.

Me cuida, mantiene alejados a los asquerosos en las fiestas. Se asegura de que nadie ponga nada peligroso en mi bebida. Me lleva a casa. Me recuerda que cierre la puerta.

Es mi héroe. Todo irá bien ahora que estoy con él.

Obedeciendo a mis instintos, suelto la mochila y camino directamente hacia el muro de músculos que es Jeon Jungkook. No debe de esperar que lo abrace, o tal vez aún está aturdido por la angustiosa noticia de que tengo un acosador, porque respira entrecortadamente cuando mis brazos rodean el robusto tronco de su torso y la coronilla de mi cabeza apenas alcanza su barbilla. Poco a poco, sus brazos se levantan y me aprietan.
Muy fuerte, en realidad.

Su pecho sube y baja con un estremecimiento.

Dios mío, es un encanto. Está claro que está preocupado por mí. Secretamente, estoy preocupado por mí.

Porque aunque el acoso me asusta, hay algo más... una emoción dentro de mí que se agita y da vueltas cada vez que recibo una carta o un correo electrónico. Casi como si estuviera... ¿emocionado?

Vergonzoso. ¿No es así? Debería estar aterrorizado. No lo estoy.

—No pasa nada, Jungkook. — le digo, apoyando la barbilla entre sus gruesos pectorales, para poder mirarlo. —No dejarás que me pase nada.

Su nuez de Adán sube y baja. Se dirige a Nam, aunque me mira a los ojos, sus brazos me mantienen pegado a su cuerpo. — ¿Un acosador?

—Sí. — Sin girarme, sé que Nam empieza a pasearse. —Me lo ha estado ocultando, pero encontré una carpeta llena de mensajes amenazantes mientras revisaba mi correo electrónico en su portátil. También ha estado recibiendo mensajes físicos. Desde hace jodidos meses.

El tono de voz temeroso de mi hermano me hace temblar. —Cálmate. — dice Jungkook, con voz grave. —Lo estás asustando.
— ¡Debería estar asustado!
—Nam.

Ese único gruñido de Jungkook hace que mi hermano deje de pasearse y tome aire. —Lo siento. Es que el momento no podía ser peor. Voy a salir de la ciudad para una conferencia científica. Esta tarde. Ni siquiera tengo tiempo de ir a la policía, cosa que debería haber hecho hace meses.

Tiene razón.
Debería haberlo hecho.
Creo que no quería creer que realmente estaba pasando.
Y tal vez, solo tal vez, una pequeñísima parte de mí no quería que se detuviera.

— ¿Por qué... yo?— Digo rápidamente, para desterrar el humillante pensamiento. — ¿Por qué crees que me eligieron a mí?

OBSESSIONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora