03 | El ojo que todo lo ve

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#3

Au moderno • Gran Hermano • Enemies to lovers


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- ¿Y tú por qué hiciste el casting, Levi? -intento Historia, era su primera cena en esa gran casa, y como ritual del primer día todos hablaban sobre ellos mismos, excepto Levi, que comía en silencio.

-Era esto o vivir con mi tío Kenny.

- ¿Es enserio? -pregunto Erwin- ¿Preferiste exponerte ante el mundo antes que vivir con tu tío?

-Prefiero que me vean el culo a yo verle el culo a Kenny.

Todos rieron, sin saber exactamente qué decir, fue entonces que Emily rescato la situación.

-Bueno-intervino cuando el silencio llego-, mi nombre es Emily, vengo de un pueblo remoto de María e hice el casting porque mis ex amigas lo iban a hacer, y me dijeron que yo no lo hiciera porque no era tan interesante y no era mi ambiente. Me enojé, lo hice, y les envió saludos, espero que me estén viendo desde sus casas.

Levi sonrío internamente, sí, eso sería algo que el haría sin dudas.

Pero lamentablemente sus motivos eran otros.

Cuando perdió su empleo y costear la universidad y el departamento se le hizo imposible, tuvo que tomar una decisión. La más certera era regresar con la cola entre las patas a casa de su tío Kenny, y soportar que le dijera que efectivamente el sueño universitario no era para personas como ellos, clase media-baja y con más deudas que ilusiones. Levi no toleraba pensar en esa situación, no quería darle la razón a Kenny, y cuando su compañero de clase comenzó a divagar sobre los castings para la casa más famosa del mundo, creyó que era la solución.

Tendría un hogar, comodidades, comida y le pagarían por rascarse los huevos en vivo.

Los demás participantes hablaban y se conocían, pero Levi los analizaba. El venía a jugar y ganar. Sí llegaba a la final todos sus problemas estarían resueltos.

Mientras que en el exterior las encuestas se disparaban, colocando como favoritos a Emily Farrington por su gran motivo de ingreso, a Jean Kirstein por ser guapo y carismático, y a Levi Ackerman, por ser apuesto y brutalmente honesto.

Un puto mes había pasado desde su ingreso, y el país entero no podía despegarse de la pantalla esa noche, no cuando Emily y Levi discutían a los gritos en el jardín.

Los demás participantes los miraban de reojo por la cocina, temerosos de ligar ellos también algún grito.

Desde la primera semana Emily y Levi fueron los enemigos perfectos, en cada gala se nominaban, en cada gala les daban un cara a cara para que se griten a diestra y siniestra.

Ellos pensaban que el público ayudaría a uno de los dos a eliminar al otro del juego, pero no sabían que el público amaba verlos juntos y eran sus protegidos, sí alguien les dijera que el mundo entero esperaba que fueran pareja, probablemente Emily vomitaría y Levi se ahogaría en la bañera.

-Esta semana te vas, Levi-sentencio Emily-, ¡nadie te soporta!

-Por favor, Farrington, ¡es un juego! -grito colérico-Me importa una mierda tus sentimientos, tal vez tus amiguitas tenían razón, eres demasiado buenas vibras para competir.

-Te crees el gran estratega, pero desde que entramos no hay ni una placa en la que no hayas estado, ¿de qué te sirve tanta estrategia si estás solo?

-Vine a jugar, no a hacer amigos. Sí, he estado en cada una de las placas, pero siempre salgo, eso debería decir mucho para tu pequeño cerebro de niña rica.

One shots | Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora