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Aunque estoy poco segura sobre ir a reunirme con ese Matias, tengo en claro que necesito el dinero, mi sueño siempre ha sido conseguir la suficiente plata para mudarnos a un lugar digno y poder arrancar con la facultad. bueno, al menos yo me veo en ese futuro, Martina tiene un poco demasiado nublada la visión sobre lo que le queda de vida y no la culpo, tantos tropiezos le bajaron la moral.
—Suerte, Sofi. -me saludó mi hermana desde el comedor.
Marti es casí 10 años mayor que yo y aun asi parece que en cuanto madurez soy yo la mayor, desde que nos separamos de nuestros padres soy la que nos mantiene a cuerda y no me molesta, es decir, es mi hermana y solo yo comprendo lo que ha sufrido y lo que intenta no caer en ese mundo de sustancias alucinógenas y le resulta muy difícil ya que anteriormente lo probó y claramente no le fue bien.
Estoy llegando al hotel, intenté vestirme acorde la situación, aunque no tengo tanta ropa "decente" pude encontrar en mi placard un jean flojo y una remerita corta pero no lo suficiente como para mostrar mas arriba de mi ombligo, mi pelo decidí mantenerlo suelto para que luzca mejor, lo cuido demasiado, la mitad de lo que gano se va en eso. En cuanto a maquillaje quise ser sutil, algo no tan exagerado, un poco de base, corrector, rubor, delineado y mascara. Easy.
Al estar dentro del hotel, marqué el mismo número al que me comuniqué ayer, me sorprendió lo rápido que contestaron, es decir, al toque. Nuevamente era el mismo señor, lo reconocí por el tono de voz, parecía ser mas del FBI.
—Acércate a recepción y preguntá por Matias Recalt.
Al cortar, decida le hablé a la recepcionista, me miró un poco confundida y llamó a la habitación para confirmar que de verdad me estaban esperando, al terminar volvió a verme aún mas confundida, al parecer aunque me esfuerce sigo pareciendo una prostituta de quinta...
—Te espera en la habitación 207, se encuentra en el séptimo piso.
Pensé automáticamente en la séptima de boca, reí internamente y a la vez me puse triste al recordar la final de la libertadores... Nada que ver pero si, soy una fan obsesionada con mi Club Atletico Boca Juniors desde que tengo memoria, Martina en cambio decidió ser pecho frío y no, no es de river... ES DE GIMNASIA. Pecho frío y muerta encima. Es terrible.
Tomé las llaves y subí por el ascensor, no les voy a mentir, un poco nerviosa estoy... Al llegar a la tan esperada habitación "207" suspiré y toqué la puerta un par de veces, pasaron unos segundos y un señor que supuse que es con el que estaba hablando por teléfono salió con unos papeles en mano.
—Escucha Sofia, no hay mucho para decir. Matias tiene que mantener una imagen y si quieres pasar por esta puerta tendrás que firmar un contrato en el que juras que todo lo que pasará de aquí en adelante será bajo agua.
