Castigo

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Crowley no podía estar más feliz, las cosas no podían marchar mejor con su ángel. Todos los malos entendidos habían sido hablados y podía hacer todo lo que quería. Lo cual solo le dejaba una duda, su intuición decía que Aziraphale era del tipo que tomaba las riendas sin embargo luego de aquella loca primera vez este se mostraba totalmente dispuesto a lo que Crowley quisiera, no le desagradaba pero sentía que algo no era normal su intuición rara vez fallaba había estado jugando con los límites los últimos tres meses y parecía que nunca sobrepasaba nada todo estaba permitido.

Eso debería alegrarlo pero el recuerdo de su cabello siendo usado para advertirle que su comportamiento no era el óptimo era algo que lo excitaba automáticamente.

Se preparó para ver nuevamente a su ángel. Salio de su apartamento hacia su Bentley, listo para una cita en el Ritz. A Crowley se le hacía agua la boca pensando en disfrutar de ver comer a Aziraphale y que cuando vuelvan a la librería sería su turno de cenar.

Luego de estacionar en un paso de peatones, este se adentra en la librería.

- Aziraphale.

Dice en voz alta temía interrumpir la hora de lectura del ángel pero la hora había sido acordada no debería tener problemas en anunciarse. Camina hasta la estatuilla del caballo donde normalmente colocaba sus lentes y nota un sobre junto a una pequeña caja. Noto que su nombre estaba tanto en la caja como en el sobre. Tomó el sobre abriéndolo y notando la letra de Aziraphale.

"He estado meditando mucho en este último tiempo sobre cómo han ido las cosas, todo lo que hablamos y hemos resuelto sin embargo hay algo que no me esta agradando del todo sobre tu comportamiento"

Por un segundo Crowley trago saliva, no sabía cómo tomar esas declaraciones, miró por un momento la caja pero decidió terminar la carta antes de ir a ella.

"Creo que mi obsequio sería el inicio de la solución a ese pequeño conflicto que estamos teniendo sobre las libertades que te has tomado. Te espero en el Ritz.

Atentamente Aziraphale.

pd: Te amo"

Esa última oración lo tranquilizó y enterneció a niveles que no admitiría. Aunque la carta no era del todo clara, decidió ir directamente al regalo y lo abrió velozmente ya que su curiosidad lo estaba carcomiendo.

Ya en el ritz Aziraphale ve a la lejanía a Crowley entrando muy decidido y preguntando por su reserva a un comensal. Este le indicó que la mesa de la reserva no era la de siempre, algo que el ángel había hecho por gusto para despistarlo, al hacer contacto visual noto como el demonio se queda un momento totalmente congelado parecía intentar mantener su compostura.

Se acercó a Aziraphale junto a un mesero que hacía de guía. El demonio se sentó torpemente poniendo una cara de pocos amigos.

- Buenas noches querido - dice Aziraphale alegremente -

- mmm si - este murmuró sin saber exactamente a donde ver -

- ¿Desean algo de tomar ?- Dice el mesero -

- Pediremos también para comer - Dice Aziraphale - Tráiganos la recomendación del chef dígale que es en nombre de Aziraphale. La bebida la elegirá mi compañero.

Aziraphale y el mesero vieron a Crowley quien esperaba ansiosamente que el mesero se vaya de una vez.

- EEEea si yo me encargo angel, tráiganos un vino de... - Crowley dio un golpe a la mesa y respiro profundamente - Tráiganos un Merlot.

El camarero un poco confundido anotó su pedido y se retiró advirtiendo que volvería con el vino.

- Tardaste más de lo que imaginaba - dice Aziraphale tomando de una copa que se había pedido anteriormente -

Ponme limitesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora