19. Demasiado bueno para ser verdad!

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Jimin y Jungkook pasaban casi todas las tardes juntos después de clases, se habían vuelto inseparables, las visitas de Jungkook a la casa de Jimin se habían vuelto parte de la rutina diaria, algunas veces se veían en la casa de Jungkook, casi siempre cuando sus padres estaban fuera pues ellos sabían que los padres de Jungkook jamás aceptarían dicha relación, cosa que ponía a Kookie algo triste y sentimental por lo que Jimin trataba de proveerlo con la mayor atención posible, se lo llevaba hacer picnics, lo invitaba casi que todas las semanas al cine,  tres tardes a la semana lo llevaba a comer helados de maíz, los favoritos de Jungkook, y en todos y cada uno de los recesos escolares Jimin corría lo más veloz posible desde su salón hasta el de Jungkook para dejarle un envase de leche de banano, Jimin lo llenaba con todas esas pequeñas atenciones para compensar un poco todos los problemas que le traía a Jungkook tener que esconderse de su familia, sentía que él debía compensárselo con todo el amor posible y esos detalles eran su forma de demostrarle cuánto le amaba, Jimin por su parte no había vuelto a tener ataques de pánico y ya no tomaba el medicamento, gracias a la compañía de Jungkook podía controlar su ansiedad, y su memoria ahora estaba bien, nunca pudo recuperar algunos fragmentos de aquella noche pero eso ya no le mortificaba, todo parecía tan perfecto.


Ya era casi fin de año, este era el último  año escolar para Jimin, sin embargo para Jungkook aún faltaban dos años más, lo que implicaba que se tendrían que separar, tendrían que estar alejados ya que Jimin en efecto había entrado a la Universidad Nacional de Artes de Corea, ubicada en Seúl; Jungkook por supuesto no quería que Jimin le dejase, además de que lo iba extrañar demasiado no soportaba la idea de que alguien más se pudiese acercar a Jimin si él no estaba ahí para cuidarlo, o mejor dicho para celarlo, desde el momento que Jungkook fue consciente de que Jimin partiría tarde o temprano para Seúl sus celos se habían vuelto incontrolables.


Era el día de la graduación, todo era perfecto, el día estaba soleado pero no hacía calor lo que era bueno ya que los chicos tenían que usar traje entero debajo de las togas, según el reglamento escolar, Jimin, Jungkook y Taehyung irían juntos para que Jimin y JK pudieran aprovechar un tiempo a solas, Tae era solo la tapadera para que los papás de JK no sospecharan absolutamente nada, todo iba saliendo muy bien hasta que la madre de JK anunció que esa misma tarde Yuna la prima hermana de JK llegaría a visitarlos y se quedaría todas las vacaciones en su casa, por lo que JK debía de llevarla a la graduación con él.

 Jimin había comprado un traje azul que lo hacía lucir increíblemente atractivo para todos, hecho que no pasó desapercibido por Jungkook, quien era más que evidente cuando estaba celoso, debía tratar de controlarse para que su prima no sospechara nada, era muy peligroso, ella no era de fiar, la chica tenía 15 años y era demasiado mimada y como por cosa del destino compartía muchos rasgos con Jungkook como el hecho de haberse enamorado a primera vista de Jimin, apenas la chica lo vio con ese traje azul no pudo ni disimular su interés por el rubio, como era de esperarse eso implicaba un problema mayor para Kookie.

-Oppa, oppa! te estoy hablando hace rato, vamos a acercarnos a dónde están tus amigos, no era que querías venir para estar con ellos - decía Yuna dirigiéndose a JK 

-Que no, aquí estamos bien, después de la ceremonia los saludamos y te de vuelvo a casa

-Oppa no puedes hacer eso, vamos a acercarnos más que quiero ver a ese lindo rubio desde más cerca

Jungkook sentía que su rostro le iba explotar de la cólera que le daba al escucharla decir esas cosas sobre su Jimin y como si no fuera ya suficiente Jimin le sonreía a la chica de vuelta, o mejor dicho le sonreía a todos y eso mataba a Kookie de celos, esto proporcionaba mucha diversión para Jimin, quién estaba provechando de la situación para sacar su lado coqueto ya que sabía que Jungkook no le podría reclamar nada, pues debía disimular ante la chica.

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