---> Después de una masacre en su familia, con 16 años, Aiko decide escapar de casa, pero queda inconsciente a mitad del bosque para que cuándo despierte, se encuentre en una dimensión totalmente distinta. Al pasar el tiempo, ella conoce a muchas pe...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
⋅•⋅⊰∙∘☽༓☾∘∙⊱⋅•⋅
Mi corazón latía con fuerza sin poder creer lo que acababan de presenciar mis ojos, mientras que mi respiración se hacía más rápida. Apreté los puños y fruncí el ceño, mirándolo con una mueca. La imágen frente a mí sin duda era algo escalofriante. El hombre de rojo miraba con una profunda frialdad al demonio, y por unos segundos, cerró los ojos. Al abrirlos, sus pupilas se dirigieron a mí de manera estoica y fija, mientras que yo lo evitaba con la mirada. Me crucé de brazos.. No estaba enojada, claro que no, solamente estaba shock por el reciente suceso.
Nadie hablaba en el lugar creando un tenso silencio, hasta que la grave voz de Yoriichi interrumpió ese incómodo momento.
-¿Estás bien? -Interrogó con voz monótona. Su mirada se clavaba en la mía cómo si quisiera transmitir algo.-
Puse una expresión de cansancio, y sin mirarlo, moví mi cabeza con aprobación a su pregunta. La oscuridad nos rodeaba, por lo que era casi imposible verlo a los ojos, pero lo que sí sentí, fue cómo se acercaba a paso lento a mí. Ahogué un jadeo cuándo sentí sus manos agarrar mi rostro con suavidad; Mis ojos miraron los suyos y por unos segundos, pude ver una mirada compasiva en ellos.
-Vamonos a un lugar seguro. -Murmuró. Me estremecí cuando sentí su cálido aliento chocar contra mi rostro.-
Sus manos se alejaron de mi rostro dejándome una sensación de frialdad. Mis mejillas se sonrojaron suavemente al pensar en lo que acababa de suceder, y mi vista se dirigió al camino que estaba al frente mío. Comencé a caminar en silencio, agradecía profundamente que Yoriichi no hubiera preguntado nada, pero eso no quitaba el hecho que me sentía realmente culpable por mi repentina desaparición.
Pasaron los minutos, y de un momento a otro, me comencé a sentir incómoda. Un escalofrío me recorrió y miré a todas partes, pero lo único que ví fue oscuridad. Al parecer Yoriichi no se había dado cuenta de la otra presencia que estaba acá, así que me detuve en seco. El hombre se dió la vuelta y me miró por unos segundos. Sentí pequeñas vibraciones, así que volteé rápidamente dándome cuenta que no era nada más que una araña.
-Oh... -Suspiré algo aliviada.- Lo siento, pensé que había alguien más acá.-
Yoriichi asintió y comenzó a caminar nuevamente hacia al camino. De pura coincidencia volteé hacia la oscuridad, hasta que juré ver unos ojos mirándome fijamente. Me congelé y mi respiración se entrecortó, así que agudicé mi vista y pude ver que los ojos eran rojos de pupila blanca. Entrecerré los ojos y pude lograr ver que en el ojo derecho de esa persona se leía algo.
"Quinta Luna inferior."
Al confirmar mis sospechas, me adelanté un poco y jalé el haori de Yoriichi. Cuando hice que pusiera su atención en mí, rápidamente apunté a la dirección en dónde estaba esa persona. Sinceramente, dudaba mucho que fuera un simple humano. Iba a hablar, pero cuando me dí la vuelta, aquel ser ya no se encontraba. Me dió un revoltijo en el estómago cuando ví esto, pero debió ser mi simple imaginación. Estoy muy paranoica desde que entré a esta extraña dimensión.
