---> Después de una masacre en su familia, con 16 años, Aiko decide escapar de casa, pero queda inconsciente a mitad del bosque para que cuándo despierte, se encuentre en una dimensión totalmente distinta. Al pasar el tiempo, ella conoce a muchas pe...
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Con una velocidad que era difícil de presenciar, volteaste tu mirada observando a la persona que había puesto el abrigo en tu espalda. Tus ojos vivos chocaron con apagados ojos del chico, y, sorprendida, sonreíste. Al menos eso te había subido el ánimo en el día.
- ¡Ah! -Exclamaste con una sonrisa.- Tomioka, ¿verdad?
El susodicho asintió en silencio. Por un momento, te dió vergüenza andar con esa vestimenta, estaba sucia y rota, además, estabas disimulando tu dolor al sentir pequeñas punzadas en tus pies descalzos. Las pupilas de Tomioka recorrieron desde tu cabello desordenado hasta la punta de tus pies, y disimulando su preocupación, suspiró.
-Te llevaré a mi finca, tienes que curarte. -Su voz era tan seria, que no dudaste en pensar si estaba enojado o preocupado.
En ese momento, rápidamente pensaste que estabas en una clase de bucle. Es decir; salías de casa de Yoriichi, te salvaban, salías de casa de Yoriichi, y te volvían a salvar. Cada vez estoy se estaba poniendo más confuso.
-¡Oh, no! ¡No tiene que preocuparse! Yoriichi se preocuparía bastante al ver que no estoy en casa. -Moviste tus manos de un lado a otro, pensando en lo cansado y enojado que estaría el hombre de cabellos rojos.
