Seishu Inui

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Chifuyu es tu mejor amigo y cuando te enseñó la camiseta que diseñó, te dio una. Se sintió muy orgulloso de ella.

—Thousand Winters —. Leíste en voz alta—¿Una nueva pandilla? 

Asintió orgulloso el muchacho, estaba súper feliz con su diseño, tanto que te dio alegría.

—Gracias Matsu—. Le sonreíste volviendo a guardarla—. Es muy bonita, ¿el gato es Peke J?

—Sí, ¿a qué es genial?—. Te preguntó ilusionado el chico, le respondiste con un asentimiento y una sonrisa—. Aunque Inui se niega a ponérsela, incluso escupió en la suya.

— Mira que es malo. No te preocupes, yo haré que se la ponga—. Te pareció muy mono su berrinche por culpa del rubio, no podías hacer más que ayudar a tu mejor amigo, no te iba a costar convencerlo.

Inui no podía articular palabra, solo gemidos sueltos mientras se le caía una fina línea de saliva por la barbilla. Tus movimientos de cabeza y de mano, además del calor que emanaba tu boca lo volvían loco. Sentía corrientes eléctricas corriéndole por las piernas y columna vertebral, nublándole el cerebro. Y si a todo eso le sumamos los movimientos de tu mano en su polla, acompasando con tu cabeza con un movimiento rítmico que no le dejaban pensar en paz. Menos mal que estaba sentado, si no ya se habría caído al suelo.

—Dios, (T/N), que buena eres—, gimió en respuesta cuando pasaste tu lengua desde la base hasta la punta. Pasaste a lamerle la zona baja mientras que con la mano le acariciabas la punta. Paraste las acciones de tu boca para centrarte en masturbarle—, pero no pares joder

Te hizo gracia su súplica, lo que no se imaginó es que te separaste para acumular saliva pues, cuando sentiste que fue suficiente, volviste a metértela en la boca para soltar la saliva, haciendo que sea más fácil los vaivenes con ambas partes. La humedad, la lubricación, tu boca, tu mano, joder se estaba desesperando. Solo buscaba expulsar su corrida en tu boca y cara.

¿Tantas veces se la habías chupado para ser tan jodidamente buena en tu trabajo?

La imagen de ti, con su polla en la mano masturbandolo con la boca abierta y la lengua fuera, esperando los filamentos de su semen, como estos caen por tu cara, tu lengua, y que algunos caigan por tu cuello y resbale hasta tus pechos desnudos se sentía cerca, esa imagen tan caliente de ti y con tus movimientos y caricias estaba al límite, claro que estaba al límite, tanto que al correrse tuvo que morder su camiseta, la cual estaba a su lado, para no hacer ruido y que no les escuchasen. No paraste de moverte.

Estaba tan eufórico que no fue consciente de cuando habías parado hasta que te vio quitarte la camiseta, le tembló un poco la polla al verte con el sujetador del conjunto que te había regalado. Uno donde se resaltaba tus pechos espera, no son tuyos, son suyos. Cuando follabais solía decirte que todo tu cuerpo es suyo, que te había echado tan semen por el cuerpo que ya era todo suyo, y que el suyo era todo tuyo, por eso le habías llenado tantas veces la boca, la barbilla y cuello, la polla y las piernas de corrida que estaba marcado.

Se la agarraste para proceder a decirle:

—¿Sabes esa fantasía que me contaste la última vez? La de que te ponía la idea de que te hiciera una cubana con este sujetador—. Asintió con ansias, esa idea uf esa idea se la volvió a poner dura por completo. Antes, por correrse, no estaba 100% dura—. Pues si quieres que la cumpla, debes hacerme un favorcito.

Con tus dedos de la mano que te quedaba libre hiciste como si tu mano anduviera por su pecho.

—Lo que sea con tal de que lo hagas.

One Shots Multifandom {characters x reader} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora