Mi beta, especial San Valentin

Alfa

Dwaekki se mantuvo en silencio por horas, sin embargo, era la propia mente de Changbin la que no dejaba de pensar en el beta.

No podía mentir, no era sólo su alfa el que se encontraba entusiasmado. Verlo a lo lejos desde la vitrina de la cocina, lo ponía extremadamente nervioso. Aunque su lado racional le decía que su lobo estaba delirando, una pequeña parte de sí albergaba la esperanza de que realmente fuera un omega y su destinado.

A ratos, se paraba de puntitas para mirar disimuladamente por una de las altas ventanas que daba desde la cocina hacia el salón. Lo veía tan cómodo cuando hablaba con Felix, que debía recordarse que el pecoso era el destinado de Chan y que sus celos no tenían sentido. Era totalmente incoherente, sobretodo porque el beta era eso: Un beta, no su omega.

¿Qué tan ingenuo pudo ser? ¿Cómo se le ocurrió que la diosa Luna iba repentinamente a ser tan generosa con él? Suspiró. Conocía a muchos hombres atractivos, se había follado a omegas ardientes. ¡Su vida era perfecta así como estaba! ¿Por qué de repente añoraba que Dwaekki estuviera en lo cierto?

Chan se asomó para mirar junto a él. 

—Deja de acechar a mi omega —bromeó.

—No estoy mirando a tu omega —Sonrió de medio lado—. Sé que vas a querer enviarme a casa, pero siento la necesidad de mirar a Hyunjin. Ver si está bien... y no, no es mi lobo hablando.

Sintió el confort en su alfa al oír esas palabras. Quizás era un imposible o una pérdida de tiempo. Pero no iba a negar que a las pocas horas de conocerlo, ya había soñado despierto con ser la causa de alguna de esas sonrisas.

—¿Por qué sonríes así? —preguntó con curiosidad Hyunjin a Felix, en el lado opuesto.

—Nos están espiando —le señaló con la mirada la ventana por la que los ojos de Changbin y Chan se asomaban—. Son tan tiernos.

—Y bajitos —rió un poco Hyunjin, a pesar de la mirada fulminante que le envió su amigo—. Supongo que lo miras con amor, culpo a tu lobo.

Bbokari soltó un gruñido gutural, no era precisamente fan de Hyunjin.

—Ambos son guapos, talentosos, inteligentes, gentiles y bastante hot. Si Chan no fuese mi destinado quizás...

—Ya deja de ser tan fácil —susurró entre risas el beta—. Es cierto que el socio de Chan es guapo. Pero es un poco raro, ¿no?

—Quien sabe que le pasa hoy —Se encogió de hombros—, pero en general es una persona muy agradable y espontánea.

—Espontáneo, claro. Muy espontáneo preguntarme si pretendía embarazarme a los segundos de conocerme, ni siquiera es legal hacerlo en una entrevista de trabajo —No escondería su descontento por la manera en que los alfa solían discriminar a los omega.

—Eso si estuvo raro —reflexionó en voz alta Felix—, pero no suele ser así...

La primera impresión de Hyunjin sobre Changbin había sido bastante confusa. Parecía inicialmente de buen humor, pero luego todo se volvió un tanto caótico. El llamado de Chan a retirar a Felix del lugar le generó una sensación de inseguridad. 

"Alfas", pensó Hyunjin, "todo siempre es desorden y caos cerca de ellos". Absolutamente, no congeniaba con esa clase.

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Luego de seis horas de intenso trabajo, los comensales de medio día eran cada vez menos. Tendrían un buen tiempo de descanso antes de que comenzaran a llegar las reservaciones para la cena. IN ingresó a la cocina y se dirigió a los chefs, que veían como la primera parte de la jornada finalizaba con éxito.