El portador

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Hyunjin sabía que existía una alta probabilidad de que todo el desastre fuera su culpa. ¿Pero qué podía hacer? Ir y decir: "Hola, mira, creo que llevo al omega de tu alfa, pero lo drogué y dormí hace años porque realmente nunca deseé portar un omega". Suspiró, el alfa de Changbin enfurecería al saber que su omega llevaba años dormido contra su voluntad, seguramente terminaría peor que el productor.

No podía simplemente revelar su delito. Porque sí, tenía absolutamente claro que lo que hacía era ilegal, que de descubrirse podría costarle varios años de cárcel. 

Tampoco podía dejar a Felix padecer de esa manera, probablemente el rubio sólo sufría en vano por culpa de las hormonas. Pero ver su angustia ante la posibilidad de ser rechazado por su destinado le hizo recordar inmediatamente a su padre, llorando cada vez que su otro progenitor amenazaba con abandonarlos y marcar a alguien más.

Joonyoung era el alfa destinado de Seokjin, el omega más preocupado, tierno, juguetón y amoroso que Hyunjin había conocido, realmente se sentía afortunado de haber sido su hijo. No podía decir lo mismo de Joonyoung, un alfa arrogante, supremacista, que veía a su esposo como un ser de clase inferior al que sólo aceptaba por su increíble belleza.

Para Joon, Seokjin no era un compañero. Era una posesión, un adorno, un útero del que esperaba que saliera un alfa, pero ni siquiera para eso servía. Repudiaba a su destinado, no precisamente por su forma de ser. Cualquier omega le habría resultado un ser insignificante y repudiable, una responsabilidad indeseada con la que debería cargar por el resto de sus días.

Evidentemente su admiración sólo se dirigía a otros alfas, sólo en ellos veía compañeros e incluso personas dignas de amar. Los omegas eran simples recipientes para follar, era un secreto a voces que gustaba de asistir a fiestas en las que varios alfas pagaban para compartir a algún omega en celo, si este había llegado ahí por voluntad propia o no, era algo que lo tenía sin cuidado.

Seokjin lo sabía, pero si alguna vez osó enfrentarlo por alguna de sus faltas de respeto, terminó golpeado, humillado y bajo la amenaza de cortar su vínculo. Pensar en el dolor de su lobo, en el desprecio social. En que probablemente enfermaría y no podría cuidar de Hyunjin. No le quedaba más que soportar y llorar en silencio.

A muy corta edad, Hyunjin comenzó a descifrar el terror en la mirada de Seokjin. A descubrir que sus ojos hinchados no se debían a ningún tipo de alergia, que las marcas en su piel no eran accidentales.

A los trece años, aprendió a desviar fondos. Comenzó a juntar poco a poco en una cuenta internacional, la soberbia de su padre no le permitió ver como el insignificante omega que tenía por hijo acumulaba dinero a su costa.

Ya con veinte años, había "ahorrado" lo suficiente como para huir junto a Seokjin, que se armó de valor y decidió dejarlo todo por el bienestar de su hijo. Sin embargo, Joonyoung no iba a dejarlos ir así como así. Llamó a una omega del servicio y la marcó contra su voluntad, rompiendo el lazo que tenía con su esposo.

El dolor del omega de su padre era indescriptible, apenas podía ponerse en pie y su cuerpo se deterioró rápidamente. No contaba con que gran parte su dinero, se iría rápidamente en gastos médicos para intentar mantenerlo con vida. 

En un corto tiempo, el lobo de Seokjin murió. Tan sólo unas horas después, él también.

Al menos, los ahorros que le quedaban alcanzaban para vivir tranquilamente manteniendo su estatus y pagando sus estudios. Sin embargo, aquel día de luto en que terminaba de pagar los gastos de su padre, en los pasillos del mismo hospital, conoció a su dealer.

Le ofrecía cambiar su vida. Dejar de ser un omega, anular la posibilidad de quedar unido a un ser tan despreciable como el alfa que lo había engendrado. El costo monetario era altísimo. Pero si lo ponía en una balanza, continuar borrando todo rastro de su clase era mucho más importante. Podía rentar un lugar sencillo y buscar trabajo como cualquier ser humano, podía empezar de cero.

Mi beta, especial San ValentinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora