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Cuando termine está carta, juro que estaré dando salitos como loca. Hoy me acariciaste el cabello, sí. Puede sonar común, pero para mí, que hasta sabiendo que respiro el mismo oxígeno que tú, estaría chillando de emoción y sonriendo bobamente.
Ahora no me lávate el cabello nunca (es broma, no soy capaz... ¿O si?). Reo me había dicho que actuó como una bobita suspirando por ti, pero él ni sabe que significa estar enamorado, por lo cual no puede opinar.
Aunque es el que más animos me da, para que algún día me declare, pero no, no lo haré, soy muy penosa para hacer aquello... Aún.
Más vale y no vayas a preguntarle a Reo quién escribe estas cartas, porque lo amenace con robarte y jamás devolverte. Probablemente haría eso, suena genial, ¿verdad?
Quisiera ser tu cama, para tenerte toda la noche encima de mi.
