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Aún no me creo que me hayas abrazado... Si fuera por mi, me moría ahí mismo. Es que, joder. Me sentí bastante segura en tus brazos, además sentí los latidos de tu corazón. Eran algo acelerados, casi idénticos a los míos, los míos eran como flash, literalmente.
Quisiera poder abrazarte otra vez y quedarme allí para siempre, jamás irme ni alejarme de ti.
Sentir tus brazos alrededor de mis hombros, una de tus lindas manos acariciar mi espalda con suavidad, mientras el silencio cómodo estaba entre nosotros dos.
Quisiera acompañarte en las noches y darte mimos y besitos, mientras juegas a lo que sea que estés jugando. Algo que quizás y jamás va a pasar, por el simple hecho de que no eres alguien que haga pijamadas o tener invitados.
¿Acaso eres la luna? Porque siempre brillas sin parar. Besitos en toda tu linda cara, dormilón.
