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En realidad no eras una persona muy fiestera y todos tus amigos lo sabían. Fue por eso que ninguno de ellos puso mucha resistencia a la idea de que te escaparas.
La casa de Stu estaba tremendamente llena de gente, más que en sus fiestas habituales. Obviamente fue debido a la reciente matanza del misterioso asesino enmascarado que aún no había sido capturado. Tu ansiedad general en espacios ruidosos mezclada con la del asesino desconocido corriendo por ahí te tenía aún más paranoico.
"¡Ten cuidado!" Sidney grita y Tatum saluda mientras subes las escaleras. Devuelves una pequeña sonrisa mientras te abres camino entre adolescentes borrachos que tropiezan por todas partes en busca de más bebidas.
Has estado en la casa de Stu muchas veces y a estas alturas has sido amigo de él durante años. Te diriges directamente a su habitación, esperando que no hubiera nadie allí conectándose para poder tener un lugar tranquilo para descomprimirte.
Llamas fuerte a su puerta, presionando tu oreja contra ella mientras la música alta y los adolescentes hacen que sea difícil escuchar el interior. No hay respuesta a tu conocimiento y lentamente asomas la cabeza.
No hay nadie en la habitación y das un suspiro de alivio. Cierras la puerta detrás de ti y te dejas caer en la cama de Stu, tendido en un montón de cansancio.
Un golpe proveniente de algún lugar dentro de la habitación te sobresalta y te hace saltar de tu asiento. Te das cuenta de que la puerta del armario de Stu está ligeramente entreabierta y te das cuenta de que algo dentro se cayó. Te acercas y el armario cruje al abrirlo.
Un grito ahogado sale de tus labios y das un paso atrás después de ver qué fue lo que cayó.
