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Ambos hombres llegaron a su destino, se dirigieron al lugar donde su superior los esperaba

-Roier y Fran, estoy esperando más de 3 horas aquí, no puedo creer que hayan tardado tanto- habló con autoridad
-lo sentimos jefe, se nos entrometio un chico, dijo que era su novio o algo asi- se disculpó Fran mientras sacaba al azabache de la maleta, al parecer ya había estado consciente
-¿Así que tienes novio? A mis bailarines estrellas yo no les permito tener novio ni nada- lo sostuvo por la mandíbula a Duxo -traiganme a ese muchacho, debemos tener a la parejita completa-
-claro, aunque lo apuñale por accidente, aparte por lo que estuve investigando en el avión, se ve que el chico es de aquí el país, es de esperar a que vuelva para traerlo, dudo que deje morir a su querido Duxo- respondió Roier
-muy bien, entonces tendré tiempo de divertirme contigo un rato- le susurró al oído del oji lila
-¡Ya te dije que yo no quiero nada contigo!- gritó el más bajo
-lo se, no soy sordo, pero uno se cansa de esperar, aparte tu siempre obedeces- le dió una sonrisa tétrica -ya pueden irse, me avisan cuando ya esté el otro chico, lo quiero conocer- ordenó
-¡Si jefe!- gritaron en coro aquellos hombres mientras se iban y cerraban la puerta
-siempre fuiste tan lindo con esos ojos que resaltan al igual que tu piel, tan delicado, tan... Mio~- lo besó forzadamente, aunque Duxo intentaba alejarse, no podía, aquellos hombres anteriormente lo habían atado, no tenía como escapar, pero le dio un cabezazo para alejarlo
-¡Déjame, yo no quiero nada contigo te he dicho!- su contrario sonríe mientras se toca la zona del golpe
-complicados, me encantan~- se abalanzó encima de él -solo haces que me prenda~- habló mientras lo cargaba y lo apegaba a la pared con las manos atadas sobre su cabeza
-alejate de mi...- en los ojos del azabache comenzaban a brotar lágrimas -solo quiero irme a casa... Con el...-
-¡¿El?! ¡¿Que tiene ese estupido que no tenga yo?!-
-¡el no me secuestraría!-
-bien bien, es eso- lo desata -será mejor que no te bajes de aquí porque realmente tengo algo que enseñarte antes de eso-
-idiota...- se soba las muñecas
-vamos a la cama- lo lleva hacia allí
-cuidado con tus estupideces-
-tranquilo, solo mira- sacó de un cajón un arma y un fajo dinero, uno al lado del otro
-¿e-eso es...?
-es una elección que debes hacer, trabajas para mí o mato a tu noviecito y a ti- sonríe de oreja a oreja

En otro lado tenemos a Aquino, el cual se encontraba en el hospital, las personas del lugar habían visto el charco de sangre que se estaba formando en la puerta de Duxo, en un intento por tratar de moverse y salir, el castaño había derramado demasiada sangre en el suelo, pero afortunadamente llegó la ambulancia a tiempo. El oji lila se encontraba en el hospital, cuando se despertó, estaba paniqueado por las constantes pesadillas de esa misma tarde, una y otra vez constantemente se repetían

-¡Duxo!- gritó el castaño mientras se levantaba
-ey amigo tranquilo, todo está bien- lo sujeta del hombro
-Quackity... ¿Que pasó, donde está Duxo?
-no lo se, alguien vio la sangre del suelo y te trajo aquí-
-ay dios... Me tengo que ir- se levantó de la camilla mientras se quitaba los sueros que tenía en una de sus venas
-¡espera!- gritó el pelinegro viendo como el castaño se iba de la habitación, Aquino estaba desesperado, sentía como de su brazo comenzaba a chorrear sangre por la manera en como se quitó aquella aguja, tomó unas vendas antes de salir del hospital, se tapó la zona del sangrado y se dirigió al aeropuerto, siempre cargaba una cédula falsa que le dio su madre por cualquier emergencia que me toque salir del país, pero ahora debía volver a Perú, estaba muy impaciente, imaginaba las mil y un maneras en las que asesinaría a los secuestradores que se llevaron a su pequeño novio

-a estos estúpidos los voy a matar...- hablaba consigo mismo mientras miraba hacia la ventana del avión, pero no recordaba que había alguien a un lado de el
-¿Disculpe? ¿Está bien, joven?-
-¿Ah? Si, si, solo... Estaba pensando en voz alta, perdone- se disculpó para volver su vista hacia la ventana y tapando su brazo vendado. En un momento, donde se podía utilizar el celular, le marcó a Natalan y soarinng
-necesito que vengan a mi casa en dos horas-
-claro pero ¿que paso?- hablaron en coro detrás del teléfono
Después notó la cantidad de mensajes que le habían llegado a su teléfono, era Rinny, Lucasta y lLocochon

Aquino llegó a Perú, como siempre sus padres habían salido, hace unas semanas recién habían llegado de su viaje en la playa, pero aún así, al parecer habían salido, pero no tenía mucho tiempo de pensar en ellos, su brazo seguía sangrando, pero no le importaba nada en ese momento, solo quería encontrar a Duxo, no sabía por dónde empezar, estaba perdiendo la cabeza, se puso a pensar en donde estaría, segun Aquino, Duxo no tenía enemigos o al menos eso es lo que sabía, suponía que tal vez no tenían la suficiente confianza hasta tal punto de comentar ese tipo cosas, estaba tan estresado, se sentía impotencia por no saber cómo ayudar al azabache, terminó resbalandose por un charco de sangre que había dejado en medio de la sala, se desmayó por la perdida de sangre que traía

Aquel castaño despertó, no sabía dónde estaba, al parecer se encontraba en una cama de algún tipo de prostíbulo, luces rojas y música relajante, de pronto entra Duxo con ropa provocativa, al parecer era algún tipo de traje gatuno, sigue el ritmo de la musica mientras se acercaba al oji lila, Aquino estaba confundido, no sabía que pasaba, por alguna razón su brazo lastimado, estaba cicatrizado, se había vuelto loco al parecer, pero de pronto sintió un peso encima de él, era el azabache que se acercaba a el gateando, se puso a la altura de los labios del castaño, no tardó mucho en besarlo, Aquino se sentía en el cielo, tocaba las curvas de Duxo, aquellas eran tan lisas y perfectas, manoseaba todo lo que podía, el azabache no se negaba a nada, el oji lila bajaba lentamente mientras daba besos por todo el cuerpo del oji miel, de pronto vio como una luz se hacia presente mientras miraba a Duxo desabrochando su pantalón

Aquino vuelve a despertar, estaba confundido ¿Era un sueño? Si, desgraciadamente

-asi que por fin despertaste- habló una voz ronca
-¿Que?... ¿Dónde...estoy?...- abría los ojos con algo de esfuerzo, mientras veía como su brazo ya desvendado estaba con un suero
-mira no estoy para presentaciones y justo estas para que Duxo elija su decisión- abrió una puerta para dejar entrar al azabache con un vestuario algo provocativo -a el se lo dije antes, pero decidí esperarte, si trabaja para mí... O... Los mato a ambos aquí mismo- empujó a Duxo hacia donde Aquino -la parejita junta por última vez-
-¡Aquino, Aquino!- se acercó a el para abrazarlo
-D-duxo... ¿Quien... Es este hombre?- le costaba hablar
-es mi jefe... En el burdel al que fuiste una vez...- lloraba a mares
-Duxo... Si no sobrevivo a esto... Que sepas lo mucho que te ame... Aunque me haya dado cuenta muy tarde de mis sentimientos hacia ti... Perdoname por no hablarte por una semana... Perdoname por- fue interrumpido
-ya es suficiente cursilería por hoy, vamos a lo que vinimos- se dirigió hacia ambos chicos, pero jaló del brazo a Duxo
-Es hora de elegir- lo acercó a el, lo suficiente hacia su cuerpo como para poner molestó a Aquino
-¡Sueltalo idiota!- gritó el castaño
-sabes que no quiero nada de esto...- habló en voz baja
-¿entonces eliges morir junto a el?- sacó detrás de el un arma, la misma que le había enseñado antes a Duxo -bien~- puso el arma debajo de su mandíbula -eres tan lindo, es una pena que esta hermosa cara se llene de sangre y esos ojos lila se hagan de un tono más palido- acercaba su boca poco a poco hacia la de Duxo, parecía que deseaba besarlo
-idiota...- se alejaba del rostro de su contrario. Aquino se quitaba de a poco la aguja que tenía en su brazo inyectada, lo haría despacio está vez, no quería desangrarse, cuando lo logró se levantó como si nada, recargando sus energías y concentrándose para poder matar al tipo que tenía frente a el

"Te metiste con el tipo que fue entrenado con todo lo que se le enseña a un militar"

Hola chicos, disculpen que no subí el capítulo ayer, estoy enferma, y eso que ayer recién me enferme, el dolor de garganta me mata, Dios mio, una disculpa las faltas ortograficas, me lo hacen saber, igual luego lo arreglo, los quiero ¡Bye!

Fumame [Duxino]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora