Satoru entra en negación después de asesinar a su amado Suguru Geto.
¿Buscará remediar sus decisiones aunque sea usurpando el lugar de su yo de otro universo?
❗Los personajes son propiedad de Gege Akutami; Creador del anime y manga "Jujutsu Kaisen"❗...
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¿Que pasó?, ¿Dónde se encontraba?
Lo último que recordaba era esa energía, tan pero tan familiar, que podía decirse que era la misma que corría por sus venas.
Según las leyes de la multi realidad, en caso de coincidir dos mismos seres en una misma realidad, dominaría la mejor versión de este, ¿Fue vencido?, ¿Dominó su otra versión? No, nada de eso, entre los vagos recuerdos de su memoria no estaba la imagen del otro chico; Es decir aún no se encontraban.
Pero entonces que significa la inmensidad en la que se encontraba, todo era negro, vacío, no había nada ahí, excepto él o eso creía.
-Satoru...
Esa era...la voz de Suguru, si, pero ¿Por qué también estaba el aquí?
-¡Suguru!, ¿Dónde estás?, ¿Puedes escucharme?
-¿Que esperas?, hazme caso Satoru... _ la voz era la misma, pero la entonación, la delicadeza, eran esos pequeños detalles que ante cualquiera podían pasar desapercibidos, pero no ante él.
No era cualquier Suguru, era SU Suguru. Cómo un loco comenzó a buscar con la mirada, hasta que en la lejanía pudo ver la silueta del chico, resplandeciente como siempre.
-S-suguru... _ cuando por fin llegó hasta él, dudo en que palabras decir, en cómo actuar, incluso en cómo mirarlo. Se armó de valor para sujetar la mano del azabache y hacer que este por fin le diera la cara.
En cuanto esos orbes dorados se posaron sobre él, Satoru de inmediato lo sintió en lo más profundo de su alma.
_ Eres tú...
-¿Y tú...Sigues siendo Satoru Gojo? _ la pregunta del azabache resonó en la mente del albino.
-¿De que hablas?
-Tu esencia, tu apariencia, pero sobre todo tu alma...no es la de Satoru Gojo, ¿A quien intentas suplantar?¿Que quieres conseguir?
-Solo...solo quiero estar contigo...
-Sabes muy bien que él no es yo, puede que tenga mi rostro, mi cuerpo, mi voz, pero no estoy en él.
- Entonces ¿Que hago? _ la preocupación y la desesperación invadían la voz del albino.
- Satoru, esa es la única realidad en la que aún vivo, sabes lo que pasará si intentas forzar las cosas...
-No, no...y-yo voy a evitar que te vayas de nuevo, te juro que está vez si querrás quedarte y ...
- Satoru...ese chico no irá a ninguna parte.
-¿A qué te refieres?...
- Esta es la única realidad donde permaneceremos juntos, pero no tú y yo, ellos.
- ¿Y q-que hay de... nosotros?... _ su voz entrecortada anunciaba que el llanto llegaría pronto
- ¿Nosotros?, Aquí no hay un "Nosotros" debes conformarte con saber que al menos en una realidad nuestras variantes se corresponden.
- ¡¿Por qué en otra realidad?!, ¡¿Por qué no en esta?! _ La desesperación lo inundaba, sus ojos se llenaron de lágrimas hasta que no pudo retenerlas más y estás comenzaron a desbordarse por sus mejillas.
- Por qué estoy muerto, Satoru... _ la voz del azabache se esfumó y con ella su imagen.
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El albino jaló una profunda bocanada de aire y al abrir los ojos pudo notar que aún se encontraba en la casa de los padres de Suguru.
-Suguru... _ Miro a sus alrededores, el chico ya no se encontraba en la habitación, se levantó para ir en busca del azabache. _ ¿Suguru?
La casa se encontraba vacía, no había nadie que respondiera a sus llamados, desde la sala se podía observar objetos rotos, muebles fuera de su lugar y lo que parecía ser un rastro de Sangre.
Se apresuró a seguir ese rastro, y no tardó en encontrar al azabache, en una esquina, cubriendo su cabeza con ambas manos, temblando ante la situación.
-Suguru, ¿Que sucede?... _ lo sostuvo de los hombros para hacer que el azabache lo mirara.
- Él, no se calla... _ en cuanto el chico alzó la mirada, Satoru pudo notar de nuevo esa silueta en la frente del ojidorado.
-¿Quién?...
-Ese hombre, dice que me deshaga de los monos...
-¿Monos? _ la mente del ojiazul fue azotada por los recuerdos de las últimas palabras del Suguru de su realidad.
"Digan lo que digan, siempre odiaré a los monos"
Una escalofrío recorría su espalda y de inmediato giró la vista hacia el calendario.
24 de diciembre
_ Suguru...¿Donde están tus padres? _ Lo sacudió un par de veces para hacerlo reaccionar _ ¡Habla! _ el azabache no contestaba y Satoru comenzaba a temer lo peor.
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