Como si hubiera encontrado un diamante en medio de la arena, Dereck había encontrado la puerta correcta, por lo que no dudó en entrometerse a la susurrante habitación para al instante encontrarse con una perturbante escena. Al instante, Dereck separó al rubio de su amigo para después concentrarse en el estado de Jeremy. Presionó con fuerza la herida en el cuello de su amigo mientras inútilmente trataba de "despertarlo" cuando claramente ya había fallecido. Era demasiado tarde.
— Mierda, Jeremy. Muévete, por el amor de Dios. — Comentó desesperado mientras sostenía el cuerpo del esclavo en sus brazos y empezaba a angustiarse al tocar la fría piel de este. — ¡¿Qué mierda le has hecho?! — Dijo mientras dejaba con cuidado el cuerpo de su amigo en el suelo para después acercarse al fenómeno delante suyo. Dejando de lado su posición en la cadena alimenticia, lo tomó bruscamente del cuello haciendo que se golpeara con la ásperamente lisa pared.- ¡¿Sabes lo que has hecho, imbécil?! ¡Está muerto! —Exclamó con rabia y lágrimas en los ojos mientras sus manos temblaban debido a la impotencia que sentía. ¿O era miedo? Ya no lo sabía.
El pecoso desconocía la relevancia que poseía su amigo para la mansión, para el señor de esta. Podría no haber tenido una larga vida, o una demasiado sencilla comparada a la de una criatura tan complicada como el mismo Abel, pero realmente había sido alguien en aquél lugar olvidado de la bondadosa mano de Dios.
Jeremy era un esclavo barato como cualquiera, pero contaba con el mejor sabor y calidad de sangre. Eso antes de que Dereck pusiese un pie en la fiesta. Abel no pudo evitar dejar escapar una mueca de agobio. Llevaba tres años sin matar a ningún humano. Ahora encima, lo habían visto y no le quedaba otra opción que morder al tal Dereck. Si quería que se olvidase de lo que había visto, solo bastaba una mordida lo suficiente profunda para que el entrometido esclavo cayera de morros contra el suelo.
Ahí estaban, cordero y lobo con un cadáver bajo sus pies. Por un lado, el rubio intentaba tranquilizarse, lo último que quería en ese momento era conservar aquellos ojos rojos y sus colmillos afilados pero estaba tan alterado que no había forma de hacerlos desaparecer. Por otro lado, el pecoso poseído por la indignación e ignorancia de su situación, no hacía más que observar con rabia a la vez que seguía impactado por la escena.
—Tienes que matar al cerdo para comérmelo. ¿Verdad? —preguntó Abel autoconvencido.
Aquella frase se quedó grabada en la mente de Dereck. Estaba delante de un psicópata, un loco. Y todo se le estaba saliendo de las manos pese a no haber movido ni un dedo.
— Mierda, sé que ustedes están locos, pero no es razón para tratarnos como objetos. —Gritó Dereck despechado, apretando el cuello del asesino de su amigo con más ímpetu.
Abel lo tomó de la muñeca y apartó la mano ajena de su cuello, que ya no estaba seco. Sin quererlo, sujetaba su muñeca con más fuerza de la que un ser humano debería ser capaz de hacer, aunque en el fondo él solo quisiera hacerlo suavemente.
— ¡Míreme fijamente! ¿Acaso me ve como usted o como cualquier otra persona de este lugar para poder tratarle como a un igual? La muerte de su amigo ha sido un bien común para toda esta ciudad. Si no hubiera sido él, podrían haber sido una decena de personas. Niños, mujeres...
— Eres un monstruo, no solo por el hecho de que literalmente lo eres, sino por pensar simplemente de esta manera.
Tal vez era la ira, o eso creía. La fuerza del agarre del contrario sobre su muñeca hizo a Dereck zafarse inmediatamente, ignorando en el proceso la herida que se había causado por las afiladas uñas del anfitrión
— Jeremy no solo era una persona. Era el hijo de alguien, hermano de alguien y hasta el amante de alguien. ¡¿Qué les dirás?! ¿La misma mierda que me acabas de decir? —Continuó Dereck mientras se apoyaba en la mesa de noche debido a lo mareado y perdido que se sentía.
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Brienderich mansion
VampireBrienderich Mansion, conocida también como la "Mansión de la muerte" entre los esclavos, organizará una fiesta para la clase más baja en la cadena alimenticia de la sociedad. Dereck, un pecoso esclavo de una de las haciendas más ricas de Holly Rye...