"quiero romperlo, quitarle esa expresión de superioridad con la que me mira y que llore pidiéndome perdón" Dream apretó los dientes deseando aquello con todas sus fuerzas. ✣
⚠: Este fanfic contiene violencia- abuso sexual, sadismo y comportamient...
- estas de buen humor ¿Eh? - los tres chicos estaban perdiendo el tiempo en el patio trasero mientras fumaban y Sapnap no pudo evitar notar que Dream se veía complacido.
- Tuve un buen polvo - Dijo el castaño victorioso y orgulloso.
- Déjame follarla yo también entonces - Dijo Punz en tono de burla - si te deja así de contento yo también quiero - pero se detuvo cuando el rostro de Dream cambió drásticamente a una enojada -... ¿E-Es una de las perra que no puedes compartir? - Repuso sus nervioso.
Dream frunció los labios y miro a otro lado.
- Ya me aburrí aquí - Soltó levantándose del suelo, tiró el cigarrillo y camino dejando solo a sus amigos.
La clase de George estaba en educación física, como era verano, el traje de era pantaloncillos cortos y una camiseta blanca. Dream miró a lo lejos al ojicastaño trotar, paseando ese trasero de allá para acá y la ropa se le pegaba al torso debido a viento, marcando su figura.
El castaño pensó en cómo debería estar contoneándose su pene y rebotando sus nalgas al moverse así.
Necesitaba volver a tenerlo, no fue suficiente una vez, nesecitaba más. De solo pensar en la idea, Dream se puso inquieto, pero no podía tomarlo en medio de las canchas de gimnasia... Aunque ganas no le faltaban. De no ser por que había mucha gente que podría obstruírle el paso y que para poder llegar a él tendría que arrojar muchos golpes, como. La posibilidad de darle chance a George de escapar, claro, iba y lo tomaba allí mismo, como el animal que era.
Sabía que le pedirían al azabache guardar los implementos de gimnasia, era confiable así que los profesores siempre le pedían cosas para hacer, así que espero en el lugar, aguardando a que en un par de minutos más, su presa cayera directo a la trampa.
El azabache entró al desván con los conos en las manos, mirando al rededor para ubicar dónde dejar los, se estuvo sobre el caballete para dejarlo encima, cuando la puerta se cerró con lentitud.
George pegó un salto y retrocedió de inmediato, retrocedió más cuando quien estaba parado en el único lugar de acceso era Dream, cerrando la puerta.
- Qué atrevido eres al pasearte con esas ropas - Señaló el castaño al azabache- Es tan pequeño y ajustada - George se cubrió a sí mismo tan pronto como esas palabras fueron pronunciadas - ¿Estas tratando de seducirme? Por que si es así, lo conseguiste - Se acerco a el chico y lo pego a el caballete - ahora no tienes más remedio que hacerte cargo - Le susurro en su oído.
- T-Tu... Dijiste que sería solo una vez... - Salio de los labios de George, aun que sonaba nervioso, trataba de mantenerse firme.
-Mmm... No me acuerdo de haber dicho eso - Mintió haciéndose el desentendido.
George empujó a Dream tratando de huir, pero antes de poder salir, el más alto lo tomo de la cabeza estampándola hacia atrás y el caballete se movió del golpe haciendo que los conos y otros implementos cayeran al suelo.
- Ya te lo dije - Dream metió sus manos bajo el short de George y apretó con fuerza su nalgas - "Si te resistes, sólo será más doloroso para ti" - El azabache dejo de moverse y se quedó quieto, aunque el odio reflejado en sus ojos le llegó directamente a el castaño.
Así que lo odiaba... Eso estába bien, después de todo, él también lo odiaba.
Bajó los pantalones del chico y bajó los suyos también.
- Date la vuelta - Ordenó Dream al azabache pero se arrepintió de inmediato y volvió a empujarlo hacia al frente, subió a George sobre sus caderas, obligándolo a envolverlo con sus piernas, sosteniendo su espalda del movedizo caballete, metió sus dedos a la boca del ojicafe y simuló el movimiento, atrapando su lengua con los dedos siendo siendo mojado con el espeso líquido. La lengua era tibia y suave.
- no te caigas - DemandóDream soltando, haciendo que George tenga que abrazarse de él. Dream metió su lengua en la boca de el azabache, junto a sus dedos, las dos partes de su cuerpo luchaban por obtener la atención de su húmeda lengua.
Finalmente sacó los dedos y los introdujo en el interior de su trasero, oyendo quejidos de George, un poco más y con el pene erecto, jugó a atinarle a la abertura, entrando sin dificultad, bajo con lentitud la cadera de George y cuando ya estuvo todo adentro, suspiro aliviado.
- Saca tu lengua - Pidió el castaño, pero George no le hizo caso - ¡Saca tu lengua! - medio gritó y George lo hizo, así Dream lo penetrómientras su lengua y saliva entraba por la boca del pecoso.
Desesperado por más profundidad, tomo las piernas del azabache, sujetando las sobre sus brazos hacia los costados para el apoyo, abriéndose paso a libres y rudas estocadas contra el trasero del contrario, George volvió a gemir agudo, otra vez había tocado ese punto que hacía gemir al chico de esa manera, desesperado y placentero.
Atacó más y reiteradas veces, el ruido de sus pieles chocando y los gemidos de ambos tratando de ser contenidos, era ridículamente obsceno. George se corrió primero, ensuciando su estómago, Dream vio la blanquecina y acuosa sustancia y sacó la mano de la pared, unto el líquido entre sus dedos y la esparció por la cara de Davidson, introduciendo el resto en su boca.
El ojicafe con su propio semen en su boca no sabia qué hacer, asu que trato de esculpirla, pero antes de siquiera poder, Dream metió su lengua, pegándole por completo al cuerpo alzado del rubio.
Sus bocas tenían mezcladas, de baba y semen, sus lenguas luchaban entre sí, junto a la sustancia que los envolvía, mientas George trataba de expulsar aquello, dream se esforzaba por meterlo, haciendo que todo escurrir a de sus labios, pegajosos y húmedos.
Al fin, Dream lleno el interior de George, en un ronco gemido, soltó y dio otras estocadas más para asegurarse que todo lo suyo se internada en las entradas de Davidson, que nada pudiera salir.
El castaño soltó a el azabache y este cayó estrepitosamente al suelo, estaba a agotado y sobre excitado. Miro a George cubierto de semen que esparció por su rostro y los restos en su boca, la mirada perdida y agitado, saco su celular y tomó otra foto.
Esta era, la colección más preciada que tenía hasta el momento.
. . . .
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
