Capitulo I

86 10 9
                                    

Dahlia

Mi día iba normal como cualquier otro sin muchas preocupaciones, preparándome para comenzar mi nueva rutina de estudio y trabajo, bueno a quien engaño estaba con bastante miedo nunca había trabajado y mucho menos comenzado la universidad o bueno si, pero será una historia que iré contando poco a poco para que entiendan. Este año comencé a trabajar en un kiosco dentro de una institución terciaria, era mi kiosco, con algunos ahorros y ayuda de mis padres lo había podido abrir ya que la directora de esa institución era mi madre.

Esta idea salió porque en mi intento de estudiar una carrera universitaria en otra ciudad lejos de mi casa resulto mal por diversa cantidad de hechos y factores comenzando porque no era la carrera que quería solo la haría por obligación ya que a mi madre le parecía una carrera de en sueños con la cual tendría mi vida total mente resuelta, consejo no hagan nunca eso siempre elijan lo que ustedes quieran no lo que los demás piensan mejor. Punto dos una vez que viaje hacia allá no me gusto la ciudad, me habían cagado con el alquiler de donde supuestamente iba a vivir no era nada de lo que esperaba y el tipo dueño del departamento tenía una pinta de ser un loco, sumado a eso habíamos pagado ya por ese cochinero y no me devolvieron ni un solo centavo. En buscar otro alquiler gastamos más dinero y lo poco que encontramos era una pieza con un simple baño bastante cerca de la universidad eso sí, los primeros días fui a los llamados cursillos de ingreso, yo realmente no entendía nada todo me salía mal y eso me frustraba, mi mamá y hermano que me habían acompañado; en los primeros días ya se habían vuelto a de donde yo era, con respecto a eso era de Buenos Aires capital y en mi idea de carrera soñada llegue a una provincia llamada Salta yo estaba específicamente en la ciudad de Tartagal.

Bueno simplificando un poco todo entre que no entendía nada de la universidad, tenía el corazón roto otra cosa que me hizo tomar la decisión de irme pensando que eso me sanaría, que pinche ilusa que fui, decidí un día llamar a mi madre y decirle que no quería quedarme más que no me gustaba absolutamente nada, al principio ella insistió con que me quedara que todo estudiante pasaba por eso que tenía que aguantar porque me conseguiría un departamento para que pueda vivir con más espacio entre otras casas, en fin nada de eso me convenció yo estaba bastante decidida con mi decisión de no quedarme no que sufrir me sentía una escoria. En ese poco lapso de tiempo que estuve ahí pensé en hacer lo peor que fue atentar contra mi vida era una locura pero para mí una solución rápida, ya que en un principio me arrepentía de haber hecho gastar tanto dinero, de defraudar a mi familia la cual era bastante conocida y mi madre sintiéndose orgullosa en un principio le había contado a todo el mundo lo que iba a estudia siendo felicitada y alagada por todos, no quería volver porque como carajos explicaba que era una pinche cobarde que no pudo estar lejos de su casa no quería que nadie se entere pero tenía que enfrentarlo y me daba pánico, por eso para mí un camino fácil era quitarme la vida para no pasar nada de eso.

Cuando mi madre se enteró que por mi cabeza se había pasado esa idea no dudo un solo segundo en llevarme de nuevo a mi casa eso si luego de grandes discursos en los cual note su defraudación, aunque siempre trato de que yo no me diera cuenta lo pude notar.

En un principio no quería salir ni a la puerta pero después como que se cansaronun poco de mi actitud rebelde de vivir encerrada, el único que sabía toda lahistoria era mi mejor amigo Hernán, él fue un gran apoyo en mi vuelta a casa ,daba gracias de seguir con su amistad luego de no hablar todo el tiempo que me fui, me anote en una carrera universitaria la cual la haría virtual, no era mi carrera soñada pero una condición para volver a casa era estudiar algo lo que sea así que agarre la primera opción que encontré en línea, y era una universidad pública pero igual debía pagar por las materias que cursaba en el cuatrimestre.

Todo esto me llevo a tomar la decisión de abrir el kiosco necesitaba dinero y mis padres ya no iban a gastar más en mí, en un punto siempre lo entendí había hecho gastar mucho para nada pero aun así ellos siempre me apoyaron para que comience con el kiosco aunque sea con las cosas básicas, era un mundo nuevo nunca en mi vida pese ser dueña de un "negocio" sumado a eso yo era una persona completamente tímida, me daba vergüenza absolutamente todo, pero era tiempo de madurar.

¿El amor no es lo mío o si?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora