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"Por fin puedo sentir la brisa contra mi susurrando en el oído su dulce melodía, me quiere decir algo más pero aún no puede..."

"

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¡Ringggg!

Sonó el timbre indicando la hora del almuerzo, todos empezaron a salir del salón chocandose para salir por la misma puerta, entre amigos, parejas, etc.

Espere paciente a qué salieran todos o a qué por lo menos dejarán de amontonarse para poder salir, me levanté de mi asiento y me dirigí a la puerta, estaba pensando en que comprar en la cafetería, tal vez un jugo, unas papitas o un yogurt, no sé, el que me vea más bonito, igualmente lo que importa es que tengo hambre.

Crucé la puerta aún pensando en cuál sería mi comida del día de hoy pero alguien interrumpió mis pensamientos tomandome por el hombro.

—¿A dónde vas ______? Tenemos que esperar a tu amigo o acaso no lo recuerdas—.

—Lo siento, lo había olvidado—.

—Como sea, puedes llamarlo para que venga—.

—Claro, denmen un momento—. Saque mi celular con nervios, aunque no me estén intimidando su presencia me causa temor todavía, siento que en cualquier momento harán algo. Busque en el teléfono pero no recordaba un pequeño detalle, no tengo su número, olvide pedírselo —Yo eh, yo creo que es mejor esperar, no creo que tarde demasiado en llegar—.

—¿Que pasa? ¿Por qué estás nerviosa?— Sentí como levemente apretaba su agarre en mi brazo — Si no nos ocultas nada—.

—Claro que no—. Está vez estaba intentando disimular los nervios pero se me complica.

—¡Ya estoy aqui!— Hasta que por fin llega —Lamento la tardanza—.

Siento como suelta su agarre y enseguida sale para acercarse a Goo y ahora colgarse en su brazo.

—Ah Goo, no pasa nada, ven vamos todos a la cafetería—. Wow, que cambio de actitud, me preguntó si alguna vez has pensando en actuar.

—Si, vamos—. Dijo otra tomándolo por el otro brazo.

—¿Y yo?—. Hablé, no sabía si con todos me incluían a mi también.

—Mmm si, haz lo que quieras—. Dijo otra indiferente.

—Bien... —

Tomaron rumbo a la cafetería y yo los seguí, podía notar cada insinuacion que hacian hacia Goo, como lo rozaban, el tono en qué hablaban dejaba notar fácilmente su desesperación por acercarse más a él pero sobre todo a él no le incomodaba, vean esa cara de alegría, o sea, siempre se le podía notar alegre pero su sonrisa de satisfacción lo dice todo, increíble. Se ubicaron en una mesa y yo solo me limito a seguirlos, después de todo tampoco tengo nada que hacer.

Dulce || Goo KimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora