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Catalina

Estaba en mi quinto sueño cuando a lo lejos escuchaba unos golpes en el portón, tenía flojera pero como nadie abría y seguía escuchando los golpes me levanté, supuse que el cochi y la Anabella estaban re mal porque ayer mire que andaban ahí en la falopa como siempre, que no se despertaban con nada.

—¡¿QUIÉN?!— Pregunté mientras me acercaba al portón —El uru, abrime que es urgente— escuche que decía del otro lado y le abrí.

—Ahora si que son muy buenos días— dijo el uru sonriendo mientras yo tenía la cara de culo recién despertada.

—Eran buenos hasta que me despertaste gil— le respondí de mal tono mientras lo dejaba pasar para que cerrara después.

El Uruguayo no decía nada hasta que reaccione, su mirada estaba fija en mi pecho y tenía una sonrisa de lado, que gil que es.

—Solo te digo que mis ojos están acá arriba— le dije con un tono obvio y el reaccionó mirándome ahora a mi y poniéndose colorado.

—¿Qué es tan impórtate pa' haberme despertado de mi quinto sueño?— pregunté mientras iba a mi cuarto mientras él me seguía.

—Toy aburrido, ¿quere' ir a joder un rato al cachucha?— me preguntó el Danilo y se fue a acostar a mi cama mientras yo buscaba ropa porque andaba en pijama.

—Da, pero salí que me voy a cambiar— el se sentó y me miro con cara pícara —deja pervertido, que si no ya no voy— le advertí y se salió para yo poder cambiarme.

Salí de mi cuarto y les dejé una nota a mi hermano y a la anabella para que supieran que había salido con el Danilo a pendejear un rato.

—Que buena idea fue venirte a buscar— se me acercó el uru cuando salí y colocó sus manos en mi cintura pegándome hacia él.

—Dale Dani, vamono' antes de que se despierten— fue lo único que pude decir porque me puse nerviosa con su contacto y lo cerca que lo tenía.

—No seas gila y déjate dar cariño— continuo él poniéndome más nerviosa. —Ya boludo, que se hace tarde— le dije separándome.

Él me siguió hasta el portón y al salir me agarro la mano, no le dije nada para que no siguiera jodiendo y así poder ir tranquilamente sin escucharlo todo el camino.

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Fuimos por el Carlos y de ahi nos fuimos a buscar al cachucha pa joderlo un rato. Cuando lo encontramos nos subimos al techo de un lugar y así poder echarle unos escupitajos que estábamos preparando.

—¿Ves ese viejo de ahí abajo?—le pregunto Danilo a Carlitos, refiriéndose al cachucha. —Es re pajero. Dicen que una vuelta en la parada del bondi el chabon se bajo los lompa y les mostró todo a unas pibas— continúe con quien se había referido el uru.

Cuando dije eso hice una cara de asco y el Carlos solo se reía. El pobre del cachucha apenas y se podía parar y le re costaba caminar, ni idea como sigue vivo ese viejo.

Empezamos a juntar saliva para escupirle. Me daba asco ese gil, lo bueno que no se me acercaba a mi porque sabía bien ese que si se me acercaba y me ponía una sola mano sobre mi, el cochi le daba un tiro y lo dejaba sin vida. Ventajas de tener de hermano al cochi.

—Miren que le tenen que pegar— dijo el uru sacándome de mis pensamientos mientras los boludos se acercaban y me dejaban atrás hasta que el Danilo me agarro de la mano pa acercarme a ellos. —tene' que calcular la velocidad del viento, como cuando le pegan a la pelota pa que entre al ángulo. ¿Escucharon?— continuó explicándonos cuando yo ya me había acercado.

𝔏𝔞𝔤𝔲𝔫𝔞𝔰 -Danilo SanchezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora