Titanic [hyunlix]

Capitulo 9

Ambos llegaron al bote, ignorando a Giselle que estaba al lado de ellos. Uno de los capitanes estaba llamando a los hombres de clase baja para que subiera dejando atrás a los demás, no dejaría a su rubio solo.

—No voy a irme sin ti, Felix, subirás por mi.

—No Hyunjin, es tu oportunidad de sobrevivir. no me iré yo

Giselle se les acercó, al verlo todo mojado se hizo la buena con Felix y le dio su abrigo insistiéndole de que suba al bote.

—Felix, sube con Giselle, hay un bote para hombres allá atrás —le dijo el pelinegro tomándolo de las mejillas— Yo iré a ese bote y estaré bien.

Felix asintió y lo beso, uno de los capitanes lo ayudó a subir al bote. Hyunjin se quedo mirándolo sonriéndole pero el no lo hizo. El bote comenzó a bajar lentamente.

Hyunjin se despidió con una mano, parecía una despedida, una despedida llena de gritos y desesperación.

Sabía que el pelinegro le estaba mintiendo al decir que iría en otro bote, era el ultimo de los botes, ya no había ningún otro. No podía dejarlo ahí solo.

Felix no pudo mas, aparto a todas las personas que había a su lado y salto hacia la cubierta.

El capitán le gritaba por lo que había hecho, mientras que los demás lo ayudaban a subir, Hyunjin corrió para darle el encuentro.

Empujando gente, Felix corrió desesperado hacia los brazos de su pelinegro, ambos se encontraron en el salón del reloj, se vieron y se dieron un gran abrazo.

—¡Felix! ¿Por que hiciste eso? ¡Era tu oportunidad de sobrevivir!

—Tu saltas yo salto... ¿Recuerdas?

Los dos sonrieron, ya no le importaba si iba a morir, al menos lo haría con Hyunjin a su lado.

Giselle los persiguió pensando que el pelinegro estaba loco al perder la oportunidad de irse en un bote, entonces no soportó ver mas a su prometido en manos de otro hombre y saco un arma para dispararles.

Por suerte esquivaron la primera bala, pero luego al ver que iba a seguir disparándoles ambos se tomaron de las manos y salieron corriendo.

Bajaron por las escaleras, era el único lugar donde no había gente y estaba lleno de agua. la rubia seguía disparando, pero por el agua no podía seguir corriendo y la perdieron de vista.

—Bueno, al menos tengo el broche de diamantes —dijo guardando el arma, buscando en todos sus bolsillos —¿Dónde está?

El señor Kim fue con ella y suspiró.

—Señorita, usted le dio el abrigo al señor Lee, significa que el tiene el broche.

Giselle gritó enojada.

Ambos seguían corriendo corriendo, llegaron a un pasillo con un poco de agua en el suelo.

Suspiraron aliviados, pero luego se sorprendieron al escuchar el grito de ayuda de un niño, se asomaron por el pasillo y vieron a un niño pequeño sentado solo en el suelo y llorando.

No podían dejarlo solo ahí, entonces se acercaron para ayudarlo.

Pero pareció su padre y lo tomó en sus brazos, comenzó a correr para la dirección donde venía el agua.

—¡Espere! ¡Por ahí no es!

El hombre no les hizo caso cuando gritaron y abrió la puerta del pasillo, una gran ola de agua los hundió a el y al niño.