Soy...
Una entidad de poder inconmensurable.
El terror que hace temblar a mis enemigos en sus pesadillas.
El héroe retorcido de este mundo.
Soy una fuerza tan descomunal que puede hacer estremecer los cimientos del universo entero.
Mi poderío es tal que, en mi reino, he arrancado las cabezas de las diosas demoníacas con mucha facilidad.
Mi destreza con las armas es tan refinada, que eclipsa a los más célebres maestros espadachines.
Mi potencia es tan grande, que ni siquiera el legendario héroe de antaño podría enfrentarme sin temblar.
Incluso, aquel, que decía ser mi gran némesis termino completamente decapitado por la hoja de mi espada.
Ni siquiera necesitaba de la legendaria espada para ganar esa batalla.
Yo, soy......
"¿Le gustaría más té, señorita Susú?"
".....", levante mi taza.
Soy la bella señorita Susú.
Hija de un poderoso rey y prometida de un guapo vizconde.
Y justo ahora estoy teniendo una fiesta de té, Jo Jo jo...
"¿Le gustaría más azúcar?".
"Shi", respondí.
Si, una bella fiesta de té......
-¡Plan!-
(Golpe)
¡¿Cómo termine así?!
¡¿Cómo carajos termine en una fiesta de té, asintiendo con un"Shi" a todo?!
¡¿Cómo, cómo paso?!
Yo, un ser con un poder inmenso, capaz de destruir una ciudad entera, me he reducido a ser el compañero de juegos de una pequeña mocosa.
¡¿Cómo acabe así?! ¡¿Cómo?!
¡¿CÓMOOO?!..
"¿No le gustó su té de flores rojas?", preguntó ella.
"..................está exquisito, maldita sea", respondí entre gruñidos.
Uhg.... Esto es humillante.
Y todo por culpa de esa tonta caballera hija del ####.
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No puedo sacar su chillona voz de mi cabeza.
Me irrita con el mero hecho de siquiera pensar en ella.
