LA REINA DEL FUERTE | 𝗗𝗔𝗡𝗜𝗟𝗢 𝗦𝗔𝗡𝗖𝗛𝗘𝗭

𝗡𝗜𝗡𝗘.

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» 𝗡𝗜𝗖𝗢𝗟𝗘 𝗖𝗔𝗡𝗖𝗜𝗡𝗢𝗦 𝗣𝗢𝗩.

Empiezo a creer que voy a pasar mucho tiempo en casa de la familia Tevez.

Kiru sigue observandome con ese rostro de emoción total. Después de lo que pasó creí que no iba a querer verme nunca más y acá estamos sentados tomando mates como si fuese una reunión familiar.

La tele reproduce un partido de boca contra river, así que había una notable rivalidad entre los presentes y yo.

-¿Cómo vas a ser gallina?
Encima que son unos muertos. -Se quejaba Chito sentado en un extremo de la mesa.

Mi vista divaga respecto a quién mirar, debido a que los tres presentes estaban en mi contra.

-Yo con giles ni compro. Gallina desde la cuna soy, me re paro de manos sino. -Digo en un tono burlesco, fingiendo autoridad.

La sala-comedor estalló en risas mientras el partido continuaba, Kiru, que se encontraba a mi lado en la mesa, acariciaba mi muslo discretamente y cuando la situación lo ameritaba dejaba leves apretones en ellos.

No pretendía sacar su mano de ahí, me sentía demasiado agradecida con él y su familia como para alejarlo. Tal vez podría arrepentirme en otra instancia, pero ahora le necesitaba más que nunca.

Apoyé mi cabeza en su hombro con intenciones de estar lo suficientemente cerca como para susurrar y captar su atención sin involucrar a los mayores.

-Che, necesito que hablemos de algo, en priva-

No fue necesario completar la oración para que en una rápida maniobra se levantara de su posición, arrastrándome con él y justificándose con sus familiares diciendo algo como "vamo' a dormir la siesta, estamo' re cansado'" lo que bastó para conseguir que no le dieran vueltas al asunto.

Su cercanía me demostraba que sus intenciones eran otras, pero trataba de hacer caso omiso para conseguir lo que realmente me importaba ahora.

-Escuchame... -Musito, en un tono casi inaudible para el resto. -Necesito pedirte un re favor. -Digo alargando la cuestión con intenciones de no ser tan directa, sé que estaba siendo una interesada y era mi amigo, mínimo tendría que ser discreta al respecto.

Con un leve asentimiento de cabeza me permitió continuar.

Doy un respiro pesado, un tanto nerviosa por mi pedido y dudando si realmente podría ayudarme en esto.

-Me urge conseguir un fierro, boludo. El que le afané a la Ana se quedó en lo de tu hermano y lo tiraron a la mierda. -Digo arrastrando las palabras como quien estuviese dando una exposición en el colegio.

Al cabo de unos segundos, en los cuales considero trataba de comprender mis palabras que habían salido con rapidez y sin la suficiente modulación como para volverse comprensible, se separó para tomar asiento en su cama, dejando un espacio a su lado para que imitara su acción.