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-- Mi madre me dijo que no puedo hablar con los desconocidos -- murmura con timidez la niña de ochos años.
-- ¿Tratas de desconocido a alguien que te acaba de ayudar?
Preguntó con cierta diversión el señor adulto, encontrarse con esa niña no era parte de sus planes pero no sé queja.
La niña azabache frunce los labios con duda, no sabe que hacer ya que quiere agradecer al señor pero su madre le dijo claramente que no hablara con desconocidos.
Y desde que llegó a Corea nunca se había hablado con nadie.
No pasa nada si se habla él ¿Verdad?
No puede ser mala persona ya que la salvó de un grave accidente.
Un amigo es lo que necesita con urgencia en estos momentos.
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Con tan solo catorce años, cierta jovencita consiguirá lo que se podría decir "imposible".
Una doble vida.
Pero eso no significa que sea algo positivo, de hecho, ahora mismo esta metida en un grave problema.
Con la respiración agitada la de pelo azabache intenta apresurar su paso para llegar hacia su objetivo.
Al visualizar la figura de su compañero se alegra y sin vacilar empieza a gritar.
-- ¡James! ¡Aquí, estoy aquí!
El de rizos rojos voltea hacia la dirección de los gritos, confundido observa como su amiga de hace un par de años es perseguida por un hombre.
Hombre que reconoce al instante ya que está es su próxima víctima.
Con diversión se acerca mientras juega con su paleta entre dientes, la fémina no duda en esconderse detrás de la espalda del muchacho cuando llega hacia él.
-- ¡He cumplido con mi parte! -- exclamó con cierto cansancio -- Ahora es tu turno.
James se cruje los dedos preparado para el espectáculo que va hacer con su nueva víctima, otro rey de la primera generación.
Con cierto alivio se sienta en la acera para poder descansar en lo que su amigo termina su parte del trabajo.
Ignorando los gritos, las amenazas, el sonido de los golpes, alzó la mirada hacia el cielo del atardecer. Pronto iba oscurecer y es peligroso pero eso no le importa cuando quién le va a acompañar es James, confía en él plenamente y si él pelirrojo falla en protegerla tampoco es preocupante.
