ᴇʟ ᴘᴀ́ᴊᴀʀᴏ ᴇɴ ʟᴀ ᴊᴀᴜʟᴀ | ᴏᴍᴇɢᴀᴠᴇʀsᴇ ©

Capítulo I: Un cordero en tierra de lobos

El lugar era tan privilegiado como lo imagino, con ese misticismo envolvente de la elite absolutista. Jimin sabía dónde estaba parado en medio de todas esas cosas caras y de prístina apariencia, él jamás imagino pisar un lugar tan reservado para aquellas personas con suficiente dinero para estudiar ahí. Neumann era un internado de ricos en Eisléck, al norte de Luxemburgo en medio de altas colinas e interminables bosques.

El levantamiento se veía tan viejo como lo era, aproximadamente tenía unos ciento veintitrés años, aunque por dentro había tenido ciertas remodelaciones para hacerlo ver más de la época actual. De lo poco que pudo investigar por internet también supo que Neumann era el lugar donde estudiaban niños de la realeza que se habían criado en cuna de oro desde su nacimiento. Jimin no tenía nada de eso, simplemente había contado con la suerte de ingresar al lugar.

- Esta será tu habitación- la rectora que se había presentado como Monique Wagner abrió una puerta de las tantas que se ubicaban en la zona residencial del internado. Era un edificio apartado de la escuela que albergaba los dormitorios y que estaba dividido en dos alas, la sur y la norte, dónde los alfas y omegas podían descansar respectivamente- La compartirás con otro estudiante.

- Gracias, señora Wagner.

La mujer se despidió y Jimin abrió la puerta, la habitación era sofisticada, las paredes eran blancas y la ventana permitía que la luz entrara muy bien, también había un agradable aroma a frescura con un toque dulce, era feromonas de omega. Habían dos camas, cada una pegada a lado y lado de cada pared, la de la derecha se encontraba completamente vacía, con edredones blancos y bien colocados, la otra estaba siendo ocupada por un chico de melena azul eléctrico quien aún no se había percatado de su presencia por los cascos que llevaba y su concentración en un cuaderno en el cual parecía escribir algo.

Arrastró la maleta y cerró la puerta, se paró en medio de la habitación y carraspeó fuerte, el chico de peculiar cabello lo miro, le sonrió y se sacó los cascos.

- Hola ¿Tú eres mi compañero de cuarto?- Jimin asintió- Soy Taehyung Janssens.

- Jimin Hoffmann- se presentó y tomo camino hasta la cama, dónde dejo su mochila de hombro y su maleta a un lado.

- No te había visto los años anteriores aquí- comento Taehyung mientras lo analizaba- Debes ser nuevo.

- Si, este será mi primer año- confirmo mientras tomaba asiento sobre el mullido colchón- Fui elegido para estudiar con la beca Berscheid.

- Ah, la del programa Neumann-Berscheid- dijo recordando que su madre le había comentado algo referente al tema antes de irse de casa esa mañana- Oí algo de eso, me alegra que te escogieran.

- Gracias.

- Espero que te guste aquí- dijo Taehyung mientras dejaba el cuaderno cerrado sobre la mesita de noche- Voy a la cafetería por algo de comer. Nos vemos luego, Jimin.

- Claro, adiós.

Taehyung tomo sus cascos y se los volvió a poner. Camino hasta la puerta y salió dejándolo solo. Con el silencio de la habitación, se puso de pie y tomo su maleta y camino hasta el closet, abrió las puertas y se encontró con que uno de los lados ya estaba lleno, supuso que era la ropa de Taehyung. Todo se veía bonito y de buena calidad, abajo estaban los zapatos, entre los que distinguió mocasines y tenis deportivos, todos relucientes.

Acostó la maleta y la abrió, no tenía mucha ropa, así que no le tomaría mucho tiempo ordenar todo, apenas contaba con tres pares de zapatos. Colgó las camisetas y playeras y seis chaquetas que tenía para el frío, abajo acomodo los jeans doblados y algunos pants, en la cajonera guardo su ropa interior y medias. Cuando estuvo todo en su lugar vio al fondo de la maleta una pequeña caja de madera, la tomo entre sus manos y abrió la tapa, adentro encontró varias pertenencias que había llevado siempre con él.