Jungkook tomó el puente de su nariz, repasándolo con sus dedos mientras cerraba sus ojos con fuerza, queriendo dejar de escuchar todo lo que Jimin le decía.
Era un tormento que le jodía desde ese entonces, aún más escuchándolo directamente del rizado. Sin que le diera la oportunidad de hablar.
Claro, no sabía por dónde comenzar cuando soltó lo de su matrimonio. No pensaba que lo supiera, ni siquiera quería que se enterara.
Las palabras del ojiverde retumbaban, trató de escucharlo pero no le era posible con todo lo que comenzaba a crecer en él, en su mente. El dolor de sus palabras, de su acusación.
Alzó su cabeza cuando dejó de escucharlo. Y ahí estaba, en silencio esperando que dijera algo con ese semblante lleno de furia que sin duda, le dolía verlo en la cara de Jimin.
Lo señaló. Sus palmas extendidas frente a él, pidiéndole hablar tan sólo con ese simple gesto.
—Te espero, anda. Sígueme mintiendo —bebió de su limonada.
Jungkook mordió sus labios con una media sonrisa. Aún después de tantos años y peor aún, viéndolo enfadado... ¿Jimin creaba el mismo efecto en él?
—Vas a terminar cortándome a media palabra —se permitió crear un juego entre ellos, más que nada para sacar a Jimin de sus estribos. Le encantaba verlo así.
—No. Ya lo dije todo —se encogió de hombros. Sin ninguna idea de lo que Jungkook trataba de hacer—. Terminaré subiendo a la habitación de mi hija para disculparme con ella y con Jongsuk, y así retomar la mesa. Tan sólo tendrás que simular que me disculpé contigo —sonrió sin ningún ápice de alegría.
Jungkook asintió.
—Bien, si eso piensas.
Se puso de pie de su lugar, tomando en sus manos su vaso con limonada. Caminó a lo largo de la mesa, recorriendo la extensión de esta, hasta llegar al lugar libre al lado de Jimin. Colocando su vaso sobre la mesa, corriendo su silla y sentándose ahí. Notó la tensión en Jimin, puesta sobre sus hombros y su inútil intento de disimulo.
Deslizó su dedo por el contorno de su vaso, pensando por dónde iniciar. Asintió lentamente al tener el orden de sus ideas.
—En primer lugar yo no engañé a Gyuri. Tan sólo no funcionamos juntos y nos dimos cuenta muy tarde, cuando nos casamos y Jongsuk tenía meses de haber nacido.
Jimin se sintió mal con ello, le dolía escuchar de su propia voz que se había casado con alguien que no fue él, y que tuvo un bebé. No fue lindo saber que pensaba hacer su familia con alguien más después de lo que tuvieron.
A Jimin le costó bastante tan sólo encaminarse en una relación.
—Bien, eso no justifica nada —se cruzó de brazos, recargándose en la silla.
—Yo no te engañé con Gyuri. Sí, fuimos novios al año de que me mandaste al carajo, y sí nos casamos y tuvimos un hijo pero también compréndelo, Jimin. Yo intenté superarte y me di por vencido cuando dejaste en claro que no querías saber nada de mí.
—Se te olvidó la parte dónde dices que aceptas engañarme y estuviste esperando a que mandara a la mierda nuestra relación para hacer oficial lo tuyo con Gyuri.
Jungkook negó, tomando su cabello en un puño, a punto de tirar de él.
—¡Carajo, deja de decir que te engañé! —forzó su mandíbula, sintiendo su corazón palpitar más fuerte—. Nunca pensé en hacerlo y hubiera sido un hijo de puta si lo hacía. No me lo perdonaría —obtuvo un ceño fruncido de parte del rizado. Desconcertado por su comentario—. Gyuri estaba conmigo en la clase, era nuestra hora libre, ya íbamos a salir. Yo pensaba en ir a verte para saltarme la siguiente clase y pasarla contigo en el campo de americano —agachó su cabeza, recordando sus años de universidad—. Entonces Gyuri llegó a mi lugar y se veía muy mal. La conocía bien, llevaba trabajando con ella varios proyectos de clase —Jimin asentía, por primera vez mostrándose comprensivo y con interés en el tema—. Empezó a llorar y no sabía qué decirle para consolarla, así que solamente pensé en abrazarla y decirle ese tipo de palabras que se usan para tranquilizar a alguien. Ella me contó que terminó con su novio. Tan sólo le dije que eran cosas que pasaban en la vida y que seguramente era porque tal vez ella no estaba destinada para ser más que alguien pasajero en su vida. Me dio un beso en la mejilla como agradecimiento y sonreí porque me sentía bien ayudándola a que dejara de llorar. Tú mismo sabes que siempre me ha gustado ayudar a los demás en lo que me sea posible.
—¿Y la mano en la mejilla?
—Joder, Jimin —negó—. Limpiaba las malditas lágrimas que llevaba marcadas porque su máscara de pestañas se corrió con el agua.
Jimin asintió, detenidamente. Evitando la mirada de Jungkook. Sin saber qué decir o qué responder, de nueva cuenta. Tenía coherencia y sabía cuando hablaba con la verdad, lo notó en sus ojos. La culpa llegó a él, sintiéndose mala persona por la forma en que trató a Jungkook después, sin darle la oportunidad de hablar.
—¿Por qué te casaste con ella? —preguntó en un murmuro.
Jungkook soltó un suspiro pesado.
—Fuimos novios porque después de eso nos hicimos muy cercanos. Ella estaba dispuesta a hablar contigo para solucionar lo de nosotros. Pero claro, no estabas muy accesible así que no la dejé. Nos convertimos en mejores amigos y de eso comenzamos a sentir mucho cariño por el otro... tanto fue ese cariño que teníamos, que yo lo confundí —mordió su mejilla—. Pensé que podía superarte con ella, y teniendo una relación. Creía estar enamorado, por eso le pedí matrimonio demasiado rápido —torció su boca y bebió de su limonada—. Con el paso del tiempo supe que sólo era yo tratando de convencerme de algo que no era y obligándome a sentir algo que no había ni podía existir. Lo hablé con Gyuri, y bueno... ella sí estaba enamorada de mí, tanto que aceptó que yo no la quería de la misma forma, aún así intentó que lo hiciera. Después de eso existió Jongsuk, pero no ese amor. Con el embarazo ella terminó hartándose de mí con facilidad y con la idea de que aún no te superaba... el final es que después de tantas peleas me pidió el divorcio y yo se lo dí.
Jimin sintió el mundo parar en un segundo cuando escuchó a Jungkook decir que todavía no lo superaba. ¿Seguía sin superarlo aún?
Sus manos temblaban, intentó disimularlo escondiéndolas debajo de la mesa.
—¿Y por qué no ve a Jongsuk? Él me dijo que no la recuerda y tú te has encargado de él desde que tiene memoria.
Jungkook asintió acomodándose en su asiento.
—No quiso saber nada de él al tener el recuerdo de mí en nuestro hijo. Te lo dije, terminamos en tan malos términos que decidió dejarlo conmigo.
—Yo... no sé que decir. Lo siento por ello.
Jungkook negó y frunció su nariz. No le dolía eso, incluso estaba agradecido de ya no volverla a ver jamás. Si compartían la custodia de su hijo, seguirían siendo discusiones tras discusiones.
—No lo sientas, fue mi culpa por ser un idiota al tratar de elegir pareja.
Jimin torció sus labios. Estaba de acuerdo con eso.
No hubo más palabras de por medio. Tan sólo, nuevamente ese silencio de lleno en la habitación. Haciéndoles saber que se encontraban solos, sin saber qué más decir.
Ya no había temas de los cuales hablar. No como antes que hablaban sin parar. Todo se había acabado.
Jimin intentó ignorarlo, tomando una salida fácil.
—Iré a la habitación de Jarin para hablar con ella y con Jongsuk. Tengo que disculparme —se puso de pie, paró cuando estuvo a punto de llegar a la escalera. Girando para ver al ojiazul que parecía estar muy interesado en ver el mantel de la mesa—. Por favor, no vayas a decir nada sobre nosotros.
—¿Decir de qué? —rió con cabeza de humor, sintiendo el dolor en su pecho.
—Que... fuimos algo. Jarin sabe que... —selló sus labios cuando pensó bien lo que iba a decir. No iba a decirle que ha hablado con ella de él. No directamente, pero si de que hubo alguien muy significativo en su vida—. Nada, no tengo porqué darte explicaciones. Sólo no digas nada. Y por favor, tampoco a Jongsuk. Sé que es tu hijo y lo educas como quieres, pero si lo sabe irá a decírselo a Jarin y no quiero que sepa de ti.
Esa última frase le cayó como un balde de agua fría. ¿Por qué no?
Su sonrisa se borró. Entrelazó sus manos sobre la mesa y notó la mirada de los penetrantes y verdes ojos de Jimin, puesta sobre él.
—B-Bien.
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not you again, please ᡴꪫ kookmin
RomantikPark Jarin quiere presentar a su novio con su padre, Jimin. El rizado está encantado con la relación de su hija, ella no para de hablar de lo lindo que es con ella y la forma en que la trata. Jimin sabe que su pequeña está con alguien que vale la pe...