El imperio galáctico de Transbaal ha caído tras el golpe perpetrado por el príncipe exiliado Eonia. El escuadrón conocido como la Brigada Angel, protectoras de la Luna Blanca, se embarcan en una misión para escoltar al último miembro de la familia r...
A pesar de lo que se venía, Takuto fue capaz de dormir como un bebé aquella noche, luego de que ver y hablar con Forte le ayudara a sentirse más tranquilo. Cuando sonó el despertador, se levantó bastante relajado, y fue capaz de hacer su rutina diaria como si fuese otro día más. Pero por supuesto, hoy no era cualquier día.
Hoy era el día que se decidiría el destino del Imperio de Transbaal. Ya no más huir ni ocultarse. Era hora de enfrentarse de una vez por todas al usurpador, y hacerle responder por todos sus crímenes.
El puente del Elsior estaba en total silencio, y la Brigada Angel ya se encontraba en espera. La hora de llegada de la flota de Eonia estaba muy cerca, y todos se encontraban a la expectativa. Después de todo, en el resultado de esta batalla descansaba el futuro para todos ellos, y la derrota no era una opción.
– ... La flota de Eonia se está aproximando. – dijo Coco, cuando sonaron los sensores de alarma. – Estarán en rango de combate en aproximadamente diez minutos.
– Ya están aquí... – dijo Lester. – Esta será la última batalla.
– Sí... hoy se termina todo. – dijo Takuto.
Takuto apenas había tenido tiempo de salir momentáneamente del Elsior para ver instalado el Cañón Chrono Break en la proa. Decir que estaba impresionado al verlo (dicho cañón era aproximadamente de un tercio del tamaño de la nave) sería quedarse cortos. Aún no lo habían disparado por obvias razones, pero mentiría si dijera que no estaba ansioso de ver qué tan poderoso era realmente.
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– Apenas puedo creer que ahora tengamos el Cañón Chrono Break. – comentó Takuto. – El Elsior se siente ahora como una nave totalmente diferente.
– Por lo que nos dijo Lady Shatoyarn, esta era la forma original del Elsior. – dijo Lester.
– Así es. – asintió Takuto. – De sólo imaginarme su poder, no puedo evitar sentirme emocionado.
– Está bien disfrutarlo, pero no dejes que se te suba a la cabeza. – lo regañó Lester. – Recuerda que esto no es un juguete, es un arma de destrucción masiva. Si te olvidas de eso y empiezas a usarlo de manera indiscriminada, no serías mejor que Eonia.
– Sí... tendré eso en mente. – dijo Takuto, antes de abrir un canal de comunicaciones en su terminal con el hangar. Necesitaba una actualización de estado. – Ingenieras, ¿cómo va la carga del cañón Chrono Break?
– Está... llevándonos más tiempo de ajustar de lo que pensamos. – le respondió la voz de Creta. – La salida de energía es lenta, y no hemos cargado suficiente para disparar todavía.
– ¿Cuánto más les falta? – preguntó Lester. – Si no podemos dispararlo luego de todos los problemas que pasamos para instalarlo...
– Todo el equipo está trabajando lo más rápido posible. – respondió Creta. – Por favor, dennos un poco más de tiempo.
